¿Se ha vuelto cruel el fútbol?

LA PREGUNTA PUÑETERA

De todas las preguntas puñeteras, admito que esta es la menos pregunta y la más puñetera.  Se trata de una interrogativa por desgracia demasiado afirmativa. El fútbol ha sido históricamente cruel y también lo ha sido recientemente. Las lágrimas de Buffon tras una infame retirada con los ‘azzurri’ son un ejemplo a nivel mundial. El Santa Teresa y su no victoria ante el Espanyol, a pesar de la multitud de ocasiones, lo es a escala local.

Que jugadores como Messi o Cristiano puedan retirarse con una Copa del Mundo en la buchaca es otra prueba a nivel global de la crueldad del balompié. O la de por qué el Badajoz está en una comprometida posición en la tabla, cuando podría estar merodeando la tranquilidad si hubiera existido un poco más de justicia.

Es cierto que a nivel puntual puede haber casos en los que sí que se haga justicia, o en las que el balón entra para demostrar las realidades que hay. Después del  ‘Chocazo’, vino un año después un ascenso tan celebrado como justo. Este deporte le había devuelto al Badajoz lo que le correspondía. No obstante, al poco tiempo, el infortunio volvió a desequilibrar las fuerzas a su favor con el inicio de liga en la categoría de bronce, poniendo nuevamente en tela de juicio la existencia inherente de la crueldad en el fútbol.

Más de lo mismo con el Santa. Por cada una de cal que le da, nuevamente el equipo de primera recibe dos de arena. Tras una meteórica y sobresaliente trayectoria que les llevó al Olimpo del balompié femenino, y posteriormente sistemáticas salvaciones muy holgadas, parece que aún desde muchos sitios muy cercanos, no parecen querer darle importancia al gran trabajo realizado por la entidad de rojo y blanco. Empañando de sobremanera la gesta realizada en la ciudad. En este caso no serían los logros deportivos lo cruel e injusto, sino el cómo se digieren por entornos muy cercanos.

Las cuentas pendientes pueden volverse eternas, como las del Atlético de Madrid con esas Champions League que se les escapan tras tenerlas casi ganadas. Puede decirse que es algo amargo perder algo que casi tenías entre los dodos. Pero que te lo quiten una vez que lo has logrado y de una manera tan arbitraria es aún peor. Porque no solo el fútbol es injusto. También lo es el fútbol sala. ¿O no es así, Cerro de Reyes?

 

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