El Santa Teresa CD se quedó el pasado domingo a las puertas de volver a la Liga Iberdrola. A pesar de parecer tener controlado el partido desde el inicio, el sueño de las pacenses se truncó en la segunda mitad, cuando el CD Tacón supo aprovechar un par de errores defensivos para marcar sendos tantos que le auparan a la élite.
La conclusión numérica más simple que se puede sacar del no ascenso del Santa Teresa es que estuvo a tan solo un gol de conseguirlo. Además, las de Antúnez dispusieron de un lanzamiento al poste y dos al larguero para haber marcado el gol ansiado. Simplemente no era el día. Aceptar esto, también es entender el deporte y la vida.
Aunque esta temporada las rojiblancas han militado en Segunda División (una categoría que en el fútbol femenino no tiene tirón), Badajoz ha descubierto en estos meses que también tiene verdadera afición por el fútbol femenino. Buena prueba de ello son los alrededor de 300 aficionados rojiblancos que se desplazaron hasta el García de la Mata madrileño para apoyar a las suyas, con avería incluida del autobús que les transportaba. El equipo supo agradecerlo tras la finalización acercándose a la grada para aplaudirles.
Emplear el famoso dicho de «en el fútbol unas veces se gana y otras se aprende» le suele dar bastante rabia a los equipos que han perdido, pero esta ocasión sirve para demostrar que tiene toda la razón. Es más, gran parte de los cuidadanos pacenses seguramente valoran aún más ahora los cuatro años que las de Antúnez pasearon el nombre de la ciudad y la región por toda España en la máxima categoría. El domingo sirvió para confirmar una idea que debería ser siempre una premisa: nunca se puede dejar de intentarlo.