Badajoz y Real Madrid… ¿vidas paralelas?

La pregunta puñetera

Desde el pasado verano lo llevo observando. Y, aunque la victoria en Roma de los blancos me trunque ahora mismo un poco el planteamiento que pretendo realizar, lo cierto es que el CD Badajoz y el Real Madrid comparten ruta en cuanto a sensaciones se refiere. Me voy a ahorrar las aclaraciones obvias sobre que están deportiva y mediáticamente en diferentes categorías, pero está claro que el devenir de los acontecimientos en la presente campaña han tenido una función matemática cuya gráfica dibuja dos curvas muy semejantes.

Tras cumplir sus respectivos objetivos la temporada pasada – vuelvo a incidir en lo evidente que es que no es comparable ganar una Champions con salvarse en Segunda B-, ambos equipos sufrieron un relevo en el banquillo. El nuevo inquilino resultó oriundo de tierras vascas en ambos casos; a la par que también suscitó un sentimiento más cercano a la expectación que a la ilusión en determinados núcleos de sendas aficiones.

Siguiendo el camino cronológico, en la pretemporada se pudo ver en blancos y blanquinegros unas sensaciones optimistas aunque no siempre los resultados acompañaran. Posteriormente arrancó la liga y ante los respectivos comienzos con victorias, apareció, esta vez sí, la ilusión que anteriormente no se pudo ver.

Para  pacenses y madrileños, este período triunfal fue tan intenso como efímero. Cuando parecía que comenzaban a resultar apuestas acertadas, comenzaron las derrotas y las malas sensaciones. Patxi Salinas y Julen Lopetegui regresaron al norte mucho antes de lo deseado y los dos clubes eran obligados a cambiar su plan inicial.

Posteriormente tocó elegir relevos a los técnicos destituidos. Las soluciones estuvieron en ambos casos en casa… o cerca de casa. Solari y Mehdi Nafti recogieron el testigo de sus predecesores estando también envueltos en opiniones no siempre favorables.

Tanto el argentino como el franco-tunecino comenzaron de una manera similar. Vencieron, pero no convencieron. Pero dada la necesidad de la victoria, se le quitó hierro al margen de mejora que aún tenían. Tras esto, llegaron mejoras progresivas en lo que transmitían los equipos y también en los marcadores.

Curiosamente, ese pequeño ascenso de emociones derivó en un nuevo varapalo. Badajoz y Real Madrid encajaron este fin de semana el mismo resultado: 3-0. Cierto es que con guiones muy diferentes, pues los merengues mostraron una actitud que fue reprobada por el propio vestuario, mientras que los de Nafti sufrieron en Jumilla por su ineficacia. Sus concesiones en la retaguardia y su condescendencia en los metros finales, le condenaron a sufrir un resultado doloroso. Un resultado calcado al del Real Madrid.

Aunque la victoria en la ‘ciudad eterna’ mitiga un poco el desconcierto madridista, lo de Eibar sigue muy presente. Sin poder tener una bola de cristal, ni saber por donde irán a partir de ahora los derroteros de unos y otros, espero y deseo que, si el Real Madrid acaba nuevamente en un éxtasis de felicidad, que el Badajoz se mantenga en el mismo vagón.

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