La Pregunta Puñetera
El ejemplo que hado en el fútbol José Paulo Bezerra (25-07-1988, Sao Paulo), es sin ningún tipo de duda, un comportamiento a seguir por los equipos que defienden los colores de nuestra ciudad. Sé que me podéis tildar de loco, pero todos tenemos algo que aprender de este singular trabajador del balompié.
Quiero concretar un poco, porque seguramente muchos todavía no hayan sido capaz de ubicarse. Paulinho llegó este verano al Camp Nou provocando una macedonia de sensaciones, en las que la mofa, la burla, o la desesperanza se unían a una ausencia total de fe en un brasileño cuya llegada a China parecía ser el fin de una carrera y su posterior aterrizaje en la entidad azulgrana resultó en su inicio para muchos una presunta muestra de desesperación por tapar la marcha de Neymar con la presentación de un nuevo rostro en el club.
A lo largo de las jornadas, Paulinho ha demostrado que no es un portento, que no es el más técnico ni el más rápido, que no será él quien puje por el balón de oro y que por supuesto, su lugar no es el destinado para suceder a Xavi o Iniesta. Pero el carioca ha tenido una arma cuyo argumento resulta irrefutable a la hora de convencer a todos: el gol.
Un lector un tanto incrédulo aún no sabrá establecer paralelismo entre el centrocampista de carácter llegador con los clubes de la ciudad, pero lo cierto es que resulta muy sencillo: se trata de dos situaciones en las que se daban por hechas cosas que aún no habían sucedido. Cuando el Badajoz y el Santa Teresa eran esquivos al triunfo, eran cada vez más los depredadores que situaban los pedazos de estos dos equipos entre la carne de un hundimiento sin capacidad de remontar el vuelo. Al igual que sucedía con el pobre Paulo.
Es cierto que el Badajoz tiene un grado de ‘Paulinhismo’ ligeramente más avanzado que el equipo de la Liga Iberdrola. No han sido ni una ni dos las ocasiones en las que un nutrido colectivo ubicaba como el Catástrofe FC al cuadro blanquinegro. Duras derrotas, aparatosos derbis, una primera victoria tardía y algún que otro coqueteo con los puestos bajos pusieron a los de Marrero en el disparadero. No obstante, los del Nuevo Vivero, al igual que el «15» blaugrana, han seguido trabajando en silencio en mitad del ruido, y al final el sonido de esa constancia ha terminado por acallar a los que ladraban.
Las chicas de Antúnez, a pesar de tener menos dosis de esta irreverente inspiración futbolísticas, ya están empezando a comportarse como el de Sao Paulo: quieren empeñarse en seguir en la máxima categoría aunque para algunos ya están descendidas desde hace mucho. El progreso es correcto pero debe seguir constante. La sombra de Paulinho es alargada.