¿Deberían los usuarios pasar un examen antes de registrarse en redes sociales?

LA PREGUNTA PUÑETERA

Este es un apartado que personalmente me apasiona, me absorbe y consume mi energía a la par que me desgasta. Aunque sea un universo en constante expansión hacia un infinito del que no se conoce límite alguno,  hoy voy a moverme por un coto cuyo espacio es lo suficientemente grande como para que el efecto de la pastilla que me acabo de tomar dure por lo menos las próximas trescientas palabras acerca de esos peculiares compañeros con los que tengo el dudoso gusto de compartir las redes sociales y sus imperdibles cátedras deportivas.

Se trata de un mundo cuyo bipolarismo roza lo esquizofrénico. Si te mueves hacia un lado, te topas con una dictadura de lo políticamente correcto en la se han instaurado una serie de verdades inmutables que no te puedes atrever siquiera a cuestionar ni mucho menos preguntar por sus posibles contradicciones. Si decides mirar al otro lado, puedes contemplar como en un abrir y cerrar de ojos te ha caído encima todo un arsenal de improperios y descalificaciones que proceden de una serie de personas cuyo conocimiento está, cuánto menos sometido al beneficio de la duda.

Las redes sociales han convertido en entrenadores, presidentes y en virtuosos de la gestión deportiva a personas incapaces de juntar de manera coherente un puñado de palabras. Han afilado los dientes y las garras, dándoles así la posibilidad de hacer mucho daño a sujetos en los que no existe lucidez alguna y cuya enajenación queda patente cada vez que dejan un post en sus perfiles.

El que posiblemente haya sido uno de los mejores inventos del siglo ha mutado de herramienta excelsa a una arma peligrosa y dañina. El dotar la posibilidad de poner en comunicación a todos con todos ha dado lugar a una guerra civil continua en el que con demasiada asiduidad te topas con intransigencia, ignorancia e incompetencia mezclados con grandes dosis de maldad, odio y estupidez.

Mister Chip puede matar a quién quiera citando su RT. Antoñito Ruiz tiene la opción de dar cañonazos en forma de blocks. Pero no nos engañemos: la caterva incivilizada, emulando a Walking Dead, seguirá actuando usando poco el cerebro y mucho los colmillos. Pobre de aquel que se atreva a poner en tela de juicio que el fútbol moderno tenga algo bueno o que Josito o Pepito no son tan cracks como todos pintan. Me compadezco profundamente de quién cometa tan feroz osadía…

Estimados señores que gestionan Facebook, Instagram, Twitter o cualquier red que se pueda volver potencialmente mediática en los próximos años: Hagan un filtro. Pongan una prueba de nivel. Hagan algo. Porque no nos merecemos la condena de tener que jugar en la misma liga que estos usuarios.

 

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