Cronología de un esperpento

El Badajoz ha sido protagonista en los últimos días de un grotesco espectáculo que tiene a la plantilla en el medio de una guerra accionarial

Daniel Soleto

La primera acepción de la Real Academia Española define el termino esperpento como «persona, cosa o situación grotescas o estrafalarias». La segunda, matiza que el esperpento es una «concepción literaria creada por Ramón María del Valle-Inclán hacia 1920, en la que se deforma la realidad acentuando sus rasgos grotescos».

Tanto la «situación grotesca y estrafalaria» como la «concepción literaria que deforma la realidad acentuando sus rasgos grotescos» definen a la perfección la situación en la que se encuentra inmerso el Badajoz en los últimos días.

El club está de actualidad y está siendo protagonista por mostrar, prácticamente en directo, una situación bochornosa en la que todas las partes están dando una imagen poco profesional y muy lejos de los valores que predica una entidad como el Badajoz.

Pero para situar qué es lo que está ocurriendo debemos retroceder unos días para empezar por el principio. Hace aproximadamente dos semanas, el grupo empresarial dirigido por Luis Oliver y Agapito Iglesias reclama a la parte mexicana que se convoque una Junta de Accionistas.

Según exigen, los aztecas no ha cumplido con los plazos del pago de las acciones, por lo que el club vuelve a ser propiedad de los grupos que dirigen Oliver e Iglesias.

El siguiente capitulo de la historia tiene que ver con el Consejo de Administración. El por entonces presidente de la entidad, Luis Díaz-Ambrona, lo convoca y se acaban produciendo las dimisiones del propio Ambrona y de Diego García. El consejo pasa a estar formado por Miguel Leyva, Víctor Arana y Juanma Zapata.

El grupo de Oliver inició entonces una campaña de señalamiento y de presentación por diversos medios para empezar a meter presión. La estrategia dio resultado cuando, el pasado 26 de febrero, Juanma Zapata ponía su cargo como integrante del consejo a disposición del club.

La puesta a disposición de su cargo, y la guerra accionarial abierta entre el Grupo Oliver y la parte mexicana, acuciados por una situación deportiva insostenible, acaban con Zapata dimitiendo como integrante del consejo, lo que deja solos a Arana y Leyva.

Los estatutos del club recogen que el Consejo de Administración debe estar compuesto por tres miembros como mínimo y cinco como máximo, por lo que la dimisión de Zapata genera la disolución del consejo.

Lanuspe, aprovechándose de esta coyuntura, realiza su desembarco en el Nuevo Vivero sin ningún miramiento. El pasado miércoles, acompañados de un notario y un cerrajero, representantes del Grupo Oliver acceden al Nuevo Vivero y comunican los despidos de Miguel Leyva y Patricio Arana.

Ese mismo día, en primer lugar Javier Peña como apoderado general del club y posteriormente Luis Oliver Sierra como director deportivo, dan una rueda de prensa en la que se presentan ante la sociedad blanquinegra de nuevo.

Por un lado, Peña anuncia que se abonarán todas las nóminas a los trabajadores de la entidad pacense además de realizar los pagos pertinentes para sanear las cuentas del club.

Oliver Sierra por su parte, se centra en la parcela deportiva, reconoce que lo más probable es que Juan Carlos Román dirija al equipo en Talavera tras la destitución de Iñaki Alonso y se anuncia una concentración en Madrid desde el jueves hasta el domingo.

Pero todo cambia tras la conclusión de la rueda de prensa. Oliver Sierra se cita con la plantilla ese miércoles por la tarde para presentarse y explicar el proyecto de cara al final de la temporada pero, por indicaciones de la parte mexicana, plantilla y cuerpo técnico no se presentan a la mencionada reunión y este acto conlleva los despidos de Juan Carlos Román y Miguel Núñez.

El jueves por la mañana, justo al día siguiente, la plantilla se presenta a entrenar, entre ellos Román y Núñez. La seguridad que se encuentra en el Nuevo Vivero desde la llegada de Lanuspe impide la entrada a ambos despedidos, lo que provoca una convulsa situación que se alarga durante toda la mañana, llegando a vivirse momentos de tensión.

La plantilla une filas y decide no acceder al estadio hasta que se permita la entrada a los dos despedidos. Este hecho generó constantes conversaciones entre Peña y los jugadores que en ningún momento llegaron a buen puerto.

Para echar más leña al fuego, cuando la mañana del jueves estaba cerca de llegar a su fin llega al Nuevo Vivero Miguel Leyva, que por primera vez desde su llegada a Badajoz decide hablar ante los medios y denuncia que se ha asistido a «un atraco en directo» y que los únicos propietarios del club son Andimi y Atlantic.

Posteriormente, Leyva se reúne con la plantilla en la puerta Paco Herrera y la reunión concluye con todos los integrantes marchándose del estadio sin completar la sesión de entrenamiento prevista para el jueves y sin realizar el viaje a Madrid.

Con plantilla y cuerpo técnico fuera del Nuevo Vivero, llega el turno de réplica de Oliver Sierra. Minutos antes de sentarse en la sala de prensa, el club anuncia a través de un comunicado que Núñez, Cinta y Carlos Cordero han sido despedidos del club por motivos disciplinarios.

Al primero se le acusa de «inadmisibles conductas violentas» y de «amenazar con actitudes avasalladoras al resto de sus compañeros». Por su parte, a Carlos Cinta se le atribuyen conductas similares a las mencionadas anteriormente, además de señalarle por su «nulo desempeño deportivo, visible en su lamentable estado físico, así como la actitud mostrada en los partidos celebrados hasta la fecha». En última instancia, a Cordero se le despide por «indisciplina y comprometer a sus compañeros».

Minutos después de anunciar los despidos, Oliver Sierra se sienta ante los medios y con una larga retahíla de declaraciones incendiarias anuncia que, salvo a los tres despedidos, se ha abierto expediente disciplinario al resto de la plantilla por negarse a entrenar y que, de no presentarse al viaje a Madrid, verían el segundo y serían todos despedidos.

En vistas de la situación, se pospone la salida a la capital para este viernes a las 7:00, aunque a lo largo de la tarde de este jueves ya se dio a conocer que la plantilla no se presentaría y que Narváez, Grima y Petcoff se reunirían con abogados de la AFE.

La última hora sobre el burdo espectáculo montado en los aledaños del Nuevo Vivero es que, en torno a las 10:00, los tres futbolistas mencionados anteriormente, más Borja López y Olmedo, han llegado al estadio acompañados por integrantes de la AFE, entre los que se encuentran el presidente, David Aganzo, y el vicepresidente, Diego Rivas.

A la espera de nuevos giros en esta lamentable historia, por el momento de desconocen detalles sobre cómo, cuándo y con qué efectivos va a desplazarse el Badajoz a Talavera para afrontar un decisivo choque por la permanencia, que por el momento se encuentra a cinco puntos a falta de nueve encuentros por disputarse.

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