La pregunta puñetera
Mal que nos pese, los pacenses se siguen sintiendo muy atraídos sostener un vaso de tubo mientras veneran mirando a una pantalla, a personas a las que no les importa lo más mínimo quién les esté viendo. Nos mola mucho el inmovilismo que sentimos al estar en un cómodo sillón celebrando goles de tele de pago. Mientras tanto, decimos que no vamos al estadio de nuestra ciudad porque los equipos que vienen no atraen. Aludimos a la baja categoría, a que hace frío, o incluso, cometemos la temeridad de culpar al precio… y claro, por supuesto, luego está el problema de los horarios.
Este último es el más sonrojante con diferencia. Es una pena que los conjuntos más modestos se vean obligados a tener que estar a merced de aficionados caprichosos que solo van al estadio municipal si ‘los equipos de corazón’ no coinciden en la misma franja que el conjunto local, y es que de lo contrario, no pueden tener garantizada la afluencia de público necesaria para cumplir con las expectativas de datos de espectadores marcadas.
El acierto de poner precios asequibles en las entradas vendidas de manera anticipada del Badajoz esta semana, no evitó que muchos prefirieran el ‘sillón ball’, antes que acudir al que todo futbolero debería considerar su templo. Falta de respeto, dicho sea de paso, por partida doble. Primero, al club que defiende deportivamente su ciudad; segundo, a los incondicionales que nunca fallan y que tampoco lo hicieron ahora pese al agravio del cambio de hora y tercero, a los que no son asiduos al estadio, pero sí que ayudaron al equipo que de verdad lo necesitaba. Al suyo. Aún desafiando a un viento y una lluvia que empujaban al ‘sillon ball’ a los no habituales.
Lo único que queda es, simplemente, demandar una humilde petición: si ir a ver al que debería ser tu equipo del alma depende de que los del binomio fútbol-negocio sean benevolentes de acondicionar esos horarios a unos que también les permita también ver a ese equipo pobre, por el que hay que pasar frío y mojarse para no ver ‘estrellas’, mejor que se queden en casa. O en el bar. O dónde quiera que sea el lugar en el que practiquen el desapego por el fútbol de su tierra. No sea que pasen frío. No sea que no vean a Cristiano, Messi o Griezmann. Entiendo que no podrían superar esa grave pérdida
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Un detalle: muchos abonados del club son personas mayores, que cuando está el tiempo «revuelto» se quedan en casa. Por otra parte, y aún con horarios raros y mal tiempo, nos juntamos los 3500-4000 los domingos. Digo yo de dejar de quejarse y lidiar con lo que hay, que tenemos equipos en esta categoría y en mejor situación en la tabla que no pasan de los 1000.