Pequeño pero Gastón
Con el permiso de ustedes, me voy a permitir el lujo de que las palabras que me ha tocado escribir en el día de hoy sean más personales que nunca. Lo único bueno que nos dejó el pasado sábado fue la visita a Sevilla, con el Benito Villamarín como nombre propio. Allí el Santa Teresa volvió a sufrir una derrota a pesar de haberle jugado de tú a tú a las locales. El Betis organizó la fiesta y no dio opción al invitado (Santa Teresa) de probar la tarta siquiera. La alegría tocó fondo en el viaje de vuelta de jugadoras y cuerpo técnico en el autobús. El Albacete se aleja en la clasificación a ocho puntos de distancia gracias al importante triunfo por 0-2 en campo del Espanyol. Pocas horas después de estrenar para el fútbol femenino uno de los estadios con más arte del país, las caras de las protagonistas eran un poema.
El día ya de por sí comenzó torcido. La lluvia decidió levantarse bien temprano (y eso que era sábado) para descargar con fuerza en los últimos kilómetros de la provincia de Badajoz y los primeros de la onubense y sevillana. Cayó tanta agua en tan poco tiempo que no había suficiente para que siguiera lloviendo en la propia capital hispalense, ya rondando el mediodía. Los enviados de diferentes medios al partido al menos tuvimos la oportunidad de disfrutar de la gastronomía de la tierra, no sin antes debatir sobre si era mejor comer eso o pegarnos un buen atracón a base de surimi (sí, a mi también me sorprende que haya gente a la que le guste ese tipo de cosas). Mediado ya el viaje de vuelta y mientras que en el coche se ponía en su sitio a la vida en general, escuchábamos a Fernando Gallego reclamar su atención por la radio para confirmar que el Albacete sí que había sido capaz de sacar su partido adelante. Era la peor de las noticias.
Volvamos al mundo real. El Santa Teresa está a ocho puntos de la salvación con ocho jornadas que quedan por disputarse, la mayoría de ellas ante rivales directos. Se puede hablar ya de descenso virtual aunque, mientras quede vida, seguirá habiendo esperanza. Esta semana visita El Vivero el Sevilla, que en la primera vuelta fue un importante punto de inflexión para las rojiblancas. Ahora ya solo queda agarrarse a ello, unido a la esperada vuelta de Sofía.
El duelo del Villamarín se disfrutó con más de 6.000 espectadores en las gradas. Para volver a vivir un ambiente así no queda otra que sacar resultados de una vez por todas, teniendo que empezar sin más remedio por este mismo domingo.