Lo que nos gusta el ruido

Pequeño pero Gastón

Está claro que el Villanovense-Badajoz era más que un partido. De esto creo que todos hemos sido más conscientes si cabe una vez que el árbitro hizo sonar el silbato por última vez el pasado domingo poco antes de las 19:00. El excesivo ruido que se ha generado desde entonces muestra también que fue más que una derrota. La rivalidad muchas veces la convertimos en algo absurdo. Una cosa es que fuera un partido especial porque tenga lugar entre dos localidades de la misma Comunidad y otra es que haya que despachar críticas a diestro y siniestro por haber recibido un gol en el minuto 91. La mayoría de esas críticas por cierto no tienen nada que ver con lo visto sobre el césped. Nos gusta buscar culpables hasta debajo de las piedras y, si no los encontramos, los tenemos que inventar.

Después de perder, lo que mejor puede ayudar al equipo para las próximas jornadas es la autocrítica. Hay que buscar todo lo que se hizo mal para intentar no volver a repetirlo. Si miramos la clasificación, nos daremos cuenta de que tampoco ha cambiado tanto la cosa respecto a la semana pasada. ¿Que se podía estar con tres puntos más de colchón? Sí. ¿Que el equipo está igual que hace una semana? También.

Si la resaca tras el derbi frente al Villanovense ha sido (y todavía está siendo) larga, no quiero ni imaginar lo que podría suponer que pasara lo mismo esta jornada contra el Mérida. Ojito porque solo el pronunciar la palabra «derbi» parece que es capaz de resucitar a un muerto. Badajoz y Mérida son los dos equipos que marcan la salvación y necesitan los tres puntos para demostrar muchas cosas. Esperemos que el hecho de que los dos tengan los mismos puntos no signifique que les entre el miedo a jugar al fútbol, o al menos a intentarlo.

La petición para la que seguro tiene la afición los dedos cruzados es poder ver la versión casera a la que los blanquinegros nos tienen acostumbrados en las últimas fechas. Otra cosa distinta a esa podría tener consecuencias como las del duelo de la primera vuelta en el Romano. Fuera de casa ya es otra historia. Está claro que los de Marrero tienen que mejorar para no dar la de cal como en Melilla o la de arena como en Villanueva de la Serena. Si se sale a buscar el 0-0, lo más difícil es conseguirlo.

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2 COMENTARIOS

  1. Los blanquinegros, a lo que nos tienen acostumbrados, son a empates y derrotas. Siete victorias en 26 jornadas, de las cueles solamente hemos visto cinco en el Nuevo Vivero. ¡Maravillosas cifras!
    Desgraciadamente, el Badajoz no es capaz de salir del pozo, y veremos si no caemos más el próximo domingo, con el Mérida.

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