El enésimo tropiezo del Badajoz eleva el volumen de todas las alarmas

Los pacenses mostraron una de sus peores versiones en casa ante el Navalcarnero y no lograron pasar del empate a cero en un nuevo duelo directo

Badajoz Deportes/Víctor Pagador

Pocas cosas a las que agarrarse le quedan ya al Badajoz. El equipo blanquinegro, que venía mostrando una digna versión como local, completó uno de sus peores encuentros en el Nuevo Vivero en el duelo que lo enfrentó al Navalcarnero en un choque directo por la permanencia en la categoría.

El conjunto madrileño tuvo las mejores ocasiones del partido, que de no ser por Narváez habrían acabado en gol, y dominó durante gran parte del choque a un espeso cuadro pacense que a penas se acercó al área rival.

Cuando el partido entraba en su fase decisiva y en vistas de que el equipo no reaccionaba, la grada arremetió contra Iñaki Alonso, pidiendo su marcha tras un nuevo encuentro de un nivel muy pobre.

Dada la apremiante necesidad que conllevaba el partido, el técnico del Badajoz salió con el once más ofensivo posible. Las bajas en defensa obligaron al técnico de Durango a situar a Núñez en el centro de la defensa junto a Liza, con Grima y Cordero en los laterales.

La línea de cuatro centrocampistas estuvo compuesta por Petcoff y Jou en la sala de máquinas, escoltados por Castri y Adri Carrasco en los costados. Para el gol, por primera vez en lo que va de temporada Álex Alegría y Carlos Cinta formaron la dupla de delanteros.

Aunque el encuentro empezó con el Badajoz teniendo la posesión más que su rival, el Navalcarnero no le perdía la cara al choque y trataba de elaborar desde atrás cada vez que robaba el cuero.

Ambos equipos buscaban hacerse fuertes desde los costados y durante los diez primeros minutos del encuentro la gran mayoría de acciones ofensivas llegaba con combinaciones que acababan en centro lateral.

El partido fue espesándose con el transcurso de los minutos. El colegiado castigaba cada mínimo contacto con falta, cortando el ritmo de un encuentro ya de por sí lento y evitando que la circulación del balón fuera más fluida.

La primera llegada con cierto peligro a favor del Badajoz iba a llegar transcurrida la media hora de juego. Un centro desde el costado zurdo de Adri Carrasco llegaba a botas de Castri en el segundo palo, que tras conectar la volea mandaba el esférico por encima de la meta del Navalcarnero.

No terminaba de encontrarse cómodo sobre el verde el cuadro pacense. Cada pase atrás era protestado por la grada del Nuevo Vivero y el equipo mostraba evidentes síntomas de agarrotamiento, provocando una falta de precisión que se traducía en constantes pérdidas.

Con la desesperación en la tribuna y la incapacidad sobre el verde concluía una primera mitad en la que el equipo no mostró los síntomas de necesidad que sí refleja la clasificación. Salvo la acción aislada de Castri en el 33, que no llegó a ir a puerta, el equipo no inquietó la meta del Navalcarnero.

El segundo tiempo comenzó con un Navalcarnero amenazante. El cuadro madrileño salía con fuerza de vestuarios y lograba meter el miedo en el cuerpo a los pacenses después de que David Rodríguez se sacará un derechazo desde fuera del área que obligó a Narváez a empelarse a fondo.

Llegada la hora de partido, Iñaki Alonso movió el banquillo para tratar de reactivar a su equipo. El técnico blanquinegro decidió cambiar a los dos hombres de banda, entrando al campo Fidel Ibáñez y Samu Manchón por Castri y Adri Carrasco.

Aunque el efecto inmediato de los cambios pareció cambiar al equipo, lo cierto es que el arreón se diluyó más rápido de lo debido. De esta forma, Alonso continuó moviendo el banquillo y dio entrada a Urain por Cinta en el 70.

Poco varió la tónica del encuentro. El Badajoz seguía sin encontrarse sobre el césped y el tiempo corría en su contra. A pesar de que el equipo dio un paso adelante y tuvo más presencia en campo rival, las imprecisiones en el último tercio del campo evitaban las ocasiones.

Alonso agotó los cambios dando entrada a Saïdou y Toscano por Alegría y Jou en el 77. La frescura del extremo guineano sí pareció activar más el ataque blanquinegro, aunque la falta de finura en instantes finales continuó penalizando.

Con más corazón que fútbol, el Badajoz trató de embotellar en su área al Navalcarnero en los últimos instantes del partido sin demasiado éxito. A pesar de que el cuadro madrileño no se proyectaba en exceso en ataque, cuando salía lo hacía con peligro. Prueba de ello fue la parada que tuvo que realizar Narváez en el minuto 87, evitando de nuevo el tanto de los visitantes.

Los cinco minutos de descuento decretados por el colegiado fueron de presencia en área rival de los hombres de Iñaki Alonso. El desborde de Saïdou generaba acciones aprovechables que no llegaban a concretarse ante la falta de rematadores.

Finalmente, el árbitro señaló el final del encuentro y confirmó el empate a cero final. Un empate que de poco sirve al Badajoz en el estado actual en el que se encuentra. Ante la falta de victorias a domicilio, los encuentros en el Nuevo Vivero se hacen vitales. No sacar los puntos en casa equivale prácticamente a una derrota.

La próxima semana, el cuadro pacense se desplazará hasta Talavera para enfrentarse al conjunto homónimo. Los manchegos se encuentran en el séptimo lugar de la tabla y apura sus opciones de alcanzar los puestos de playoff.

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