Siempre que una puerta se cierra, una ventana se abre. La planificación de plantilla del Badajoz ha sido deficiente. Es una realidad y el propio Salmerón no ha tenido problemas en reconocerlo. La plantilla es corta, hay posiciones en las que solo se dispone de un efectivo y cuando acechan las lesiones el equipo lo nota.
Este hecho es fácil de reafirmar. El peor momento del equipo coincidió con la plaga de lesiones que afectó al Badajoz, en las que cayeron Valcarce, Palma, Ferrón, Soto o Alfaro. Jugadores que, a priori, deberían ser titulares sin excesiva discusión.
Pero cada cosa negativa suele traer consigo un punto positivo. La falta de fondo de armario obligó, primero a Jové y luego a Salmerón, a usar a los chicos de la cantera. Fer Moreno, Álex López, Edu Sánchez o Santi Müller se han encontrado ante la oportunidad de sus vidas y han conseguido debutar en la tercera categoría del fútbol español.
En la retina de todos los aficionados blanquinegros queda el gol de Müller que supuso un punto en Majadahonda o el penalti provocado por Fer Moreno en Valdebebas que puso la guinda a los notables 14 minutos que estuvo sobre el césped. Pero de entre todos los chicos que han tenido la oportunidad ha habido uno que se encuentra exprimiéndola al máximo. Se trata de Edu Sánchez.
El lateral originario de Navalmoral de la Mata llegó el pasado año al Badajoz para formar parte de la plantilla del juvenil División de Honor. Aquel equipo acabaría manteniéndose en la última jornada tras ganar al Leganés, por lo que la temporada finalizó con buen sabor de boca.
Edu fue importante durante la campaña. Tanto en el perfil zurdo como en el diestro, el chico solía cumplir con buen tino. Aseado, con proyección ofensiva, algo necesitado de contundencia defensiva pero con actitud.
Su debut en liga llegó en la derrota ante el Racing de Ferrol. Aquel día Edu entra en el minuto 65 sustituyendo a Pérez Acuña y se coloca como lateral izquierdo. A pesar del resultado y del ambiente, el chico mostró desparpajo. Acertó ocho de los nueve pases que intentó, completó un centró que Ferrón no embocó por poco, ganó cinco de los diez duelos en los que participó y tuvo un 98% de efectividad en los regates que intentó.
Con solo 17 años, el joven futbolista moralo estuvo bastante correcto en su debut. A la semana siguiente, en el estreno de José María Salmerón en el banquillo, el Ceuta visitaba el Nuevo Vivero. Edu salió de la partida y disputó los 90. Aquel día el Badajoz ganaba 2-1 y alejaba una racha de cinco partidos sin ganar.
En los siguientes dos encuentros, Salmerón decidió apostar por José Más ante el Fuenlabrada y por Valcarce (que regresaba de lesión) ante la Balompédica Linense. Al técnico almeriense no pareció convencerle Más por izquierda y Valcarce no terminaba de recuperarse de sus molestias físicas. Ante el Alcorcón, Edu entró en el once para no salir de él.
Aquel encuentro en Santo Domingo se perdió, aunque dejó brotes verdes. Salmerón sustituyó a Edu Sánchez por Luis Valcarce, pero el de Ponferrada volvió a notar problemas tras el partido. Desde el momento en el que el colegiado pitó el final de aquel encuentro hasta la actualidad, Sánchez solo se ha perdido veinte minutos del partido ante el Dépor, del que tuvo que ser sustituido a causa de un fuerte golpe.
La pronta adaptación del jugador a pesar de su juventud se puede apreciar en que completa correctamente un 58% de las acciones que intenta, con un pico máximo de 46 acciones completadas con éxito de 67 intentadas en el encuentro ante Unionistas.
Además, se ha mostrado un lateral equilibrado. Gana el 79% de los duelos en los que participa, recupera seis balones de media por partido y solo ha cometido tres faltas en lo que va de liga. En lo que al aspecto ofensivo se refiere, Edu tiene un 74% de acierto en pase y un 63% de éxito en sus regates aunque tiene margen de mejora en los centros, pues solo tres de cada diez de ellos conectan con un rematador.
Su partido consagratorio a nivel estadístico fue ante Unionistas. Aquel día, Edu Sánchez ganó el 65% de los duelos en los que participó, realizó ocho interceptaciones (seis de ellas en campo propio) y tuvo un 85% de acierto en el pase. Independientemente del resultado de aquel encuentro, el futbolista blanquinegro ejecutó un partido muy completo.
Números aparte, el chico ha demostrado tener desparpajo, actitud, ganas y dinamismo, condiciones que nunca sobran en cualquier plantilla. Si a las características mencionadas anteriormente se le suman una actuaciones notables y la confianza del entrenador, factores que parecen existir, el resultado es una autentica joya de 17 años con aristas que pulir pero con material para brillar.