El pasado sábado más de 30 corredores y corredoras partieron del Hospital Materno Infantil de Badajoz rumbo a Casar de Cáceres con un fin: dar visibilidad al cáncer infantil. 19 horas después, y pasada la medianoche, lograron llegar a Cáceres, acortando su destino porque «el sol nos castigó muchísimo y sufrimos mucho».
Francisco Barragán, corredor y uno de los promotores del evento, se muestra satisfecho de lo conseguido por una causa como esta. «He hecho varios retos por intentar dar visibilidad al cáncer infantil y enfermedades raras», indica recordando la que realizó de Sevilla a Monesterio por la leucemia y desde Badajoz a Bodonal de la Sierra por la investigación de las enfermedades raras.
Su hija, con síndrome de Noonan, y el fallecimiento de su sobrino de 13 años por cáncer, son algunos de los motivos por los que sigue «luchando», y el último reto lo realizó con la Asociación Garabato volcada en el apoyo a niños y niñas que padecen cáncer.
De la treintena que empezaron el reto finalmente acabaron 15 o 16, con corredores y corredoras que realizaban de manera parcial el trayecto por tramos adentrándose en el grupo. «Finalmente conseguimos llegar a la Plaza Mayor de Cáceres» afirma.
La emoción protagonizó el último tramo del trayecto, en el que homenajearon a José María Gordillo Rando, «un amigo que empezó a mover el reto conmigo y que falleció hace poco más de un mes mientras entrenaba en bicicleta», y a Julia, fallecida de cáncer en los últimos meses.
Francisco Barragán muestra su orgullo por haber realizado el reto y agradece a moteros, ciclistas, Guardia Civil, Ejército, Club Atletismo Badajoz, voluntarios… que lo han hecho posible. «Hemos sido una piña y somos un equipos que corre por y para los demás».
Desde la organización animan a seguir aportando desde la fila 0 que se puede encontrar en la web, y próximamente reunirán todo el dinero recaudado para entregarlo a la causa.