Lo teníamos ahí desde el pasado verano y no le hemos hecho ni caso. Ha tenido que entrar en escena en el fútbol profesional una desconcertante falta de concordancia entre primera y segunda vuelta, para percatarnos de que ha cambiado por completo uno de los condicionantes que influían directamente en los equipos: el calendario.
Hay un ejemplo que el año pasado pudo ser decisivo en que un equipo de Badajoz se mantuviera en la élite. El Santa Teresa tuvo un inicio en el que se enfrentaba a todos los colosos de la competición y en el que sumar puntos se convertía en una verdadera odisea. Para cuando el por aquel entonces equipo de Liga Iberdrola quiso recuperarse, ya tenía de nuevo el comienzo de la segunda vuelta, en el que nuevamente la posibilidad de remontar esa situación adversa, se hacía casi imposible.
Algo similar le ocurre al Badajoz este año. En las primeras jornadas se medían a dos huesos como Recreativo y Murcia en medio de dos salidas complicadas -que curiosamente se ganaron- a Villanueva e Ibiza. Con la llegada de la segunda parte de la competición con calendario simétrico, a los blanquinegros les toca en suerte volver a medirse ante los mismos rivales, exactamente en el mismo orden, cambiando eso sí la condición de anfitrión.
Si este formato está promovido por los que inventaron el fútbol será por algo. Aportando un aspecto que a priori es irrelevante, permitiría dar un toque más dinámico e igualitario a la competición. Además, arrebatará del manual de excusas a muchos que se han estado todo este tiempo escudando en supuestas manos negras o confabulaciones judeo-masónicas por este mismo motivo.
Si además, esta medida se trasladase a otros deportes, mis motivos por los que votar a favor de este cambio serían exactamente los mismos: dinamismo, y un toque fresco al método de la competición.
Por supuesto, respeto la opinión de quienes apoyan la tradicional simetría en los almanaques deportivos, que respetan su orden y opinan de lo caótico que supone la opción británica, pero el asimétrico se ha ganado mi respeto.
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