El Badajoz ya sabe lo que es ganar en casa. No fue capaz de de lograr los tres puntos en ninguno de los cinco encuentros que Salinas dirigió desde el banquillo del Nuevo Vivero, pero sí en la primera oportunidad que ha tenido Nafti. Al término del duelo, el técnico franco-tunecino sacó su lado más auténtico (permitidme que diga que este hombre nos va a divertir bastante con sus ruedas de prensa) en la comparencia habitual ante los medios.
En la misma, Nafti dijo que a los jugadores con más calidad de la plantilla les es muy difícil jugar en un terreno en malas condiciones y que el derbi frente al Don Benito se había jugado en un «campo de mierda».
Esta última frase ha suscitado numerosos comentarios en la afición blanquinegra tras correr como la pólvora por los distintos medios de comunicación y redes sociales. Si todos tenemos claro que con las palabras «campo de mierda» el técnico se refiere únicamente al césped (estaría bueno) del Nuevo Vivero, y también todos estamos de acuerdo en que dicho terreno de juego está cada semana que pasa más cerca de convertirse en impracticable, ¿cual es el problema entonces?, ¿que haya utilizado el término «mierda» o que no haya dejado suficientemente claro que se refería únicamente al césped y no al estadio como símbolo y todo lo que ello supone?
En cualquiera de estas dos circunstancias las críticas a Nafti por la ya famosa frase me parecen absurdas. Si es porque la palabra «mierda» no nos gusta que se diga, todos y cada uno de los pacenses debemos pedir perdón cada noche antes de dormir. No se nos puede olvidar que el entrenador del Badajoz es una persona como cualquier otra, y a mi personalmente me gusta bastante más que alguien saque su carácter y se muestre tal cual es en rueda de prensa a que nos intente vender una imagen que no es la suya. Si el problema está en la no aclaración de a lo que se refería con ese «mierda», tampoco se nos puede olvidar que Nafti, aunque lleva muchos años en España, no ha nacido hablando nuestro idioma, lo que hace que no siempre pueda utilizar las palabras más adecuadas en cada momento. El debate siempre es bienvenido pero, discutir por discutir, sobra.
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