Este próximo domingo, la ciudad va a vivir una de esas fiestas que atraen a un gran número de participantes año tras año pero que, sorprendentemente, siempre tiene una menor repercusión de la que merece. Cuando yo iba al colegio, el Día de la Bicicleta era el evento dominical que mis compañeros de clase más ansiaban que llegara a lo largo de todo el año (yo, como no sabía montar en bici, simplemente esperaba a que llegara el lunes para que me contaran qué tal les había ido).
Dicho momento tan esperado va a vivir en esta semana su edición número 33. Esto quiere decir que, muchos de los que estaban expectantes por andar sobre dos ruedas con sus padres en su niñez, ahora son los encargados de acompañar a sus propios hijos. Se trata además de un día en el que se une toda la ciudad para echarse a la calle. Esta fiesta hace disfrutar a los de derechas, a los de izquierdas, a los de un color, a los de otro, a los que viven en el centro y a los que viven en las afueras. En esta vida que nos ha tocado, pocas cosas tienen más ventajas que un paseo en bicicleta.
Por si esto fuera poco, el evento cuenta, también un año más, con fin solidario. Tanto en la salida como en la llegada de la prueba habrá habilitados sendos puntos de recogida de alimentos para ayudar en su gran labor al propio Banco de Alimentos. Los participantes pueden colaborar entregando un kilo o un litro.
Para aquellos ciclistas habituales de esta jornada todos los años, en esta edición existe el aliciente del cambio de recorrido. Se partirá del centro comercial Carrefour de la Carretera de Valverde para llegar al de La Granadilla. Entre medias, se pasará por zonas como la avenida Damián Téllez Lafuente, Fernando Calzadilla, avenida de Europa o el paseo del Margen Izquierdo del Guadiana. La salida se efectuará a las 10:30, pero la convivencia en un día de los que se recuerdan para siempre comenzará a las 10:00.