La pregunta puñetera
El calendario dice que toca volver. A todos. El paso del tiempo transcurre y no perdona. La terrible erosión que me causó un final de temporada tan voraz como exigente demandaba un largo descanso. Y, aunque insuficiente bajo mi punto de vista, ya lo hemos tenido.
La vorágine del deporte ya está aquí. El devenir de la competición se irá inoculando paulatinamente en nuestro día a día. Los domingos y los sábados se convertirán en un continuo ritual que marcará un ritmo frenético en el que un crisol de emociones y sensaciones se apoderarán de nosotros. Ya están aquí. Ya están tocando a la puerta. ¿Acaso no los oís?
Prometo tomarme las cosas de otra manera. Un poco menos a pecho, quizás. A cambio os pido -casi os demando- que me deis un poco de tregua. Que me deis alegrías y no sufrimientos. Que no avivéis el incendio que el año pasado me quemó en muchos momentos.
Puedo decir sin temor a equivocarme que en mayo os echaba muy de más y ahora os echo un poco de menos. Disfrutad y hacedme disfrutad. Pero tened cuidado. Queremos ser felices con esto y que no se torne en un martirio.