LA PREGUNTA PUÑETERA
A veces uno hace daño sin querer. Un buen ejemplo es el compañero redactor que firma con el nombre de Julio Rodríguez. El pasado domingo escribió una información relativa a la previa del encuentro entre el Marbella y el Badajoz. La primera frase de la publicación era una declaración de intenciones. «No hay mejor equipo que el Marbella en casa»– expuso. Hasta ese momento era una afirmación completamente cierta y algo con lo que este informador podría mostrar, con toda la razón del mundo, su orgullo.
No obstante, líneas más abajo, aludió a un común epíteto futbolístico con el que hirió muchas sensibilidades: «El Badajoz llega como la ‘cenicienta’ del grupo«. Aunque estoy completamente seguro de que carecía por completo de mala intención, lo cierto es que esta alegoría ha molestado y mucho al seno del badajocismo. En la misma mañana del domingo, más de un blanquinegro amaneció irritado por unas líneas de prensa que menospreciaban el potencial de un conjunto en el que los resultados han ido de menos a más, pero las sensaciones han sido casi siempre buenas.
Esta ‘Cenicienta’ decidió convertir en Municipal de Marbella en el escenario donde poder mostrarse radiante y reivindicarse como el centro de atención de la fiesta. Al igual que el personaje de ficción, logró conseguir su objetivo desde el trabajo y sin perder la humildad. Sin embargo, al contrario que la protagonista del cuento, este empezó a lucir todo su esplendor a partir de las 12:00, que en vez de tener que marcharse precipitadamente a casa, comenzó su espectáculo con el duelo contra el que hasta el momento era «el mejor equipo en casa».
Y es que aunque algunos aún quiera verle con un disfraz de princesa recatada, el aspecto de gigante que logró el pasado mes de junio aún sigue latente. Aunque esta temporada le ha costado un poco despertar.
Reitero que no entiendo como mala fe el comentario de Julio. Ya que después de nombrar así al Badajoz, se acordó de comentar sus meritorios resultados fuera de casa. Pero sí que pido un poco más de cautela a la hora de analizar a los conjuntos que forman parte de una categoría que, casi con toda seguridad, es en la que menos diferencias existen entre los supuestos ‘grandes’ y los supuestos pequeños.
Es cuestión de memoria cinematográfica recordar el final del cuento para saber que la que al principio era menos próspera y pasaba más penurias acaba al lado del trono.