Pequeño pero Gastón
Esta semana quiero hablar de un tema estrictamente deportivo y futbolístico. Un tema que es carne de debate desde que hace más de cien años unos cuantos de ingleses inspirados (gloriosas mentes aquellas) inventaron el fútbol. La pregunta es la siguiente: ¿cuál es exactamente el trabajo del que se tienen que encargar los delanteros? En un fútbol cada vez más igualado como el que tenemos hoy en día, está claro que es fundamental que todos los futbolistas trabajen al máximo en todos los aspectos para ayudar a su equipo. Los defensas deben sumarse con asiduidad al ataque y los delanteros deben ser los primeros defensas, pero esto no nos puede hacer perder la perspectiva y no dejarnos ver que lo primero es lo primero.
Los delanteros están para meter goles. Aunque es evidente que hay que exigirles una lucha constante en cada instante que se encuentren sobre el campo, lo que les van a hacer marcar la diferencia en esa parcela del campo es el ir sumando goles al marcador. Poniendo el ejemplo del Badajoz en este inicio de temporada, lo vemos claro. Los atacantes de referencia en el equipo, sean cuales sean los que jueguen en cada partido, se hartan a ‘currar’ en todas las jugadas, pero la pólvora se presenta mojada en la mayoría de las ocasiones.
Este pasado domingo en el derbi frente al Villanovense, Marrero decidió apostar por Juanma y Álex Rubio como delanteros centro en el once inicial. Sobra explicar que son dos futbolistas con características opuestas. El primero ronda el 1.60 de altura, mientras que el segundo, los dos metros. El tanto del empate en el descuento lo acabó marcando Juanma de cabeza. Rubio tuvo varias oportunidades, alguna de ellas muy clara, para estrenar su casillero goleador de blanquinegro, pero ese olfato diferencial de los arietes no parece haberlo encontrado aún en esta campaña. Lo que sí se le puede anotar de manera positiva, es que su lucha y constancia contagia al equipo durante los 90 minutos.
Conseguir un delantero que marque 15 goles por temporada es el producto más deseado por todos los directores deportivos de cualquier categoría a la hora de lanzarse al mercado. Está claro que el gol es lo que más caro vale y, con el presupuesto que maneja el Badajoz para esta campaña, demasiado rendimiento le estamos viendo a la plantilla. Lo bueno del equipo es que juega bien, lucha como el que más y tan solo lleva dos derrotas en las siete primeras jornadas. Tiene pinta de que, en cuanto entren los goles, estará todo hecho.