Ad astra per aspera (0-0)

El Badajoz logra por fin romper su maldición con la primera ronda y elimina al Bergantiños por el valor doble de los goles en Galicia

Nadie dijo que esto fuera fácil. El Badajoz se ha abonado al sufrimiento y da la sensación de que así sabe mejor pasar. Nico fue primero el héroe parando el penalti que él mismo había cometido, para más tarde convertirse en villano al ver una absurda tarjeta que le costó la expulsión. Los blanquinegros, que pudieron matar en la primera mitad, se complicaron de sobremanera en la segunda.

La primera fue algo aburrida y timorata en cuanto a la declaración de intenciones de ambos equipos. Los compases iniciales del encuentro fueron de dominio para el CD Badajoz. Los de Marrero presionaban, dominaban y eran los que más ímpetu y arrojo ponían sobre el verde para ganar el partido. Sin embargo,  los gallegos, eran sabedores de su poder a la contra y buscaban su oportunidad.

La primera gran ocasión llegó en las botas de Dani Santigosa a los siete minutos. Un córner botado al primer palo que fue rechazado y cuyo rechace cayó en las botas del catalán, que empalmó el cuero sin dejarlo caer y no vio puerta por escasos centímetros. Antes, había avisado Gabri de cabeza con un remate desviado.

Las jugadas a balón parado y los continuos centros eran una constante por parte pacense. Pozo la tuvo tras una falta botada por Joaqui y José Manuel no pudo rematar un peligroso centro de Álex Herrera desde la izquierda.

En los últimos compases de la primera parte, los gallegos consiguieron poco a poco salir de su letargo y estirar líneas, aunque sin poder llegar a asustar al CD Badajoz.

Excesivo sufrimiento

El segundo acto de partido sirvió para ver a un Badajoz más incisivo y dispuesto a sentenciar la eliminatoria. El comienzo fue una declaración de intenciones: buena acción colectiva de los blanquinegros que acaba finalizando con dificultades Álex Herrera reclamando además un más que posible penalti.

Minutos después fue José Manuel quien no supo definir ante Cristo una ocasión de gol cantada en un mano a mano que terminó con un sorprendentemente inocente remate del ariete cordobés atajado sobre la línea de gol por el meta gallego.

Poco antes de que se desatara el tramo crítico de la eliminatoria, ambos técnicos decidieron mover ficha. El Badajoz cambió una pieza por otra -Herrera por Ruano-, mientras que el Bergantiños optó por una doble sustitución -Josito y Álex Pérez reemplazaron a Toni y a Roberto Prieto-.

La mala suerte parecía cebarse con David Parada en los playoff. De nuevo, y al igual que el año pasado, el gaditano tuvo que abandonar antes de tiempo el encuentro por un golpe fortuito. Rodao fue el encargado de ocupar su lugar en el campo. Para colmo de males, Álvaro Benítez se resintió de la lesión en el hombro que le lleva mermando toda la temporada. Joselu le sustituyó.

De repente, el encuentro se volvió loco. Cuando más controlado lo tenía el Badajoz, el atacante del Bergantiños, Rodri, se quedó solo con Nico Monclova y fue derribado por este. La pena máxima volvería a tener los mismos protagonistas, y ahora fue el guardameta el que se impuso al delantero gracias a una gran parada que permitió seguir a los pacenses por delante en la eliminatoria.

El arquero andaluz pasó de héroe a villano en cuestión de instantes. Una absurda segunda amarilla por perder tiempo dejó al Badajoz con diez y sin portero en unos últimos minutos en los que el Bergantiños cercó la meta rival con un ansia desmesurada, lo cual fue perjudicial para ellos mismos.

Finalmente el andaluz Expósito Jaramillo dictó el final del partido y la afición blanquinegra pudo celebrar el pase a la siguiente ronda por primera vez desde la refundación. El Badajoz espera rival en el sorteo de mañana lunes en Las Rozas.

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