El judoka, maestro y árbitro nacional fallece por culpa de un cáncer a los 62 años
Su trayectoria comenzó cuando de pequeño sintió “un flechazo” por este deporte después de entrar a hurtadillas en una clase de judo y ver “salir volando a un tío enorme por encima del suelo”. Un par de meses después de haber acudido como mero observador a las clases, aprobó su examen de cinturón amarillo y supo que nunca podría “colgar el kimono”.
De la Marta fue durante muchos años seleccionador y parte del cuerpo técnico de la Federación Extremeña. Formó a un gran número de cinturones negros entre ellos a varios Campeones de España.
A nivel personal había sido campeón regional en varias ocasiones, medalla de bronce al Mérito Deportivo de la Federación Española de Judo, campeón de España de judo del Ejército, campeón del Mundo de judo para policías y bomberos. El pasado mes de julio, consiguió el sexto dan a los 61 años.
Actualmente estaba centrado en su labor como docente y árbitro participando en múltiples competiciones nacionales y formaba parte de la Comisión de Altos Grados de la Federación Extremeña de Judo y D.A. Tras superar un infarto hace cuatro años, esta vez no pudo con el cáncer.
Conchi Bellorín, quien fuera representante olímpica pacense, actualmente en la presidencia de la Dirección General de Deportes de la Junta de Extremadura, no se olvida de de la Marta: «Triste pérdida del maestro Javier de la Marta, deja un vacío en el Judo Extremeño. Luchador, incansable y gran persona. D.E.P»
Historia de amor con el Judo
Él mismo concedió a este medio una entrevista exclusiva a María Delgado junto con este redactor cuando fue homenajeado por su trayectoria deportiva en 2013. En palabras suyas “la gente que ama tanto el judo, hace lo que haga falta para seguir funcionando”. Él mismo tuvo que pagarse los cursos en otras ciudades para aprender de la mano de grandes maestros. Su palmarés refleja fielmente el resultado de su esfuerzo: “el judo es un deporte sacrificado, hay que currar, nada viene solo… una preparación física adecuada, una buena comida, entrenar dentro y fuera del gimnasio” es lo necesario.
De la Marta siempre consideró el judo algo vital, “es tan necesario como respirar”. Siempre siguió dando clases sin perder la pista ni un segundo a esa “gran familia” que para él siempre fue el Judo y todo lo que este representa.
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