Los pacenses tuvieron oportunidades muy claras en la segunda mitad, aunque lo intentaron con más empuje que juego
Cada partido que no se gana, aumenta más la ansiedad. Este es, probablemente, el principal problema del CD Badajoz. Los jugadores le ponen ganas pero el juego no es el esperado. El total de partidos consecutivos sin ganar, asciende ya a siete (cinco de liga y dos de Copa Federación). Todos los que ven los partidos del CD Badajoz están convencidos de que esta situación se acaba por completo en cuanto consigan vencer un encuentro.
Frente al Olivenza, el duelo arrojó sensaciones totalmente distintas en cada uno de los periodos. En la primera prácticamente no hubo ocasiones, mientras que en los segundos 45 minutos, los locales las tuvieron de todos los colores. La precipitación era en todo momento la nota predominante en el juego blanquinegro. Los futbolistas intentaban trenzar las jugadas pero la mayoría no acababan como pretendían, incluso la grada llegó a responder con silbidos a alguna de ellas.
Los oliventinos estuvieron mejor los minutos iniciales, aunque los pacenses lograron hacerse con el dominio mediada la primera mitad. El Badajoz jugó este periodo con un novedoso 3-3-3-1 como sistema táctico. Lolo tuvo la primera oportunidad de peligro en sus botas. El delantero sevillano se colaba muy bien desde la banda izquierda, pero el lanzamiento se marchó tocando levemente el poste.
No era el día de Carreño
Veinte minutos más tarde, Carreño, que no estuvo acertado en el global del choque, tuvo una nueva oportunidad de claro peligro. Una vez más, no era la tarde idónea. Álex Romero puso la más peligrosa para los visitantes en el primer acto. Fue en un gran lanzamiento que se estrellaba en el larguero. Con ello se llegaba al descanso.
Tras la reanudación, las ocasiones blanquinegras prácticamente no cesaron. Abraham Pozo tuvo la primera pasada la hora de encuentro, de nuevo sin acierto. El Badajoz jugaba ya con un sistema más parecido al 4-3-3 habitual. Álex González aportó frescura en el centro del campo en los minutos que estuvo sobre el césped. Además, disfrutó de una nueva oportunidad para adelantar a su equipo.
Rober Gándara fue de los que más lo intentó durante todo el encuentro. Le puso mucho empeño, pero desde que salió de la lesión en su hombro, se nota que aún le falta algo para rendir al máximo. Protagonista de los últimos minutos, fue también Germán Rojas. Portaba el brazalete de capitán y aportó su veteranía en todo momento, aunque con luces y sombras. Pudo marcar el ansiado tanto, pero también fue expulsado en el descuento por doble cartulina amarilla.
De nuevo Rober Gándara y un David Parada que volvió a estar ejemplar en su función de pivote defensivo, finalizaban sin acierto el claro embotellamiento pacense. El ejemplo más claro de que el Badajoz iba a estar una jornada más sin lograr la victoria, llegaba a diez minutos del final. El balón le caía a Carreño dentro del área pequeña. El golpeo con la zurda se le iba desviado. El banquillo y la grada se echaban las manos a la cabeza.
Séptimo partido consecutivo en el que los de Óscar De Paula no se hacen con el triunfo. Por delante, una semana interesante con la visita del Mérida el miércoles en Copa Federación y el derbi liguero ante el Deportivo Pacense, en el Nuevo Vivero pero con los azulones como locales.
Estoy cansado de disfrutar las fiestas del futbol extremeño. Pero nos levantaremos después de caernos…
Verguenza, una más…
Si lo ves fácil, hazte cargo del equipo a ver que tal lo haces.