El Flecha, tras remontar un 0-2 en contra, cae en el descuento ante un Getafe afianzado en la zona noble de la tabla
¿Qué más se puede hacer para ganar un partido? Eso expresaba Julián Caro, técnico pacense, al término del encuentro. Y quizás, es un buen resumen de lo que ocurrió ayer en los campos federativos Eusebio Bejarano.
A pesar de tener en frente a uno de los ‘cocos’ del grupo, el Getafe, los franjinegros no se escondieron. De hecho, hicieron méritos para llevarse los tres puntos. Pero desgraciadamente, en el fútbol las cosas no se merecen, sino que se consiguen. Y el Flecha ayer no consiguió nada.
En la primera parte no ocurrió nada destacable. Y con destacable nos referimos a goles, ya que los cinco tantos que hubo en el encuentro se vieron en los segundos cuarenta y cinco minutos.
El 0-1 llegó en el 54’. Poco después, en el 72’, llegaría el jarro de agua fría, pues los madrileños ampliarían la ventaja. Pero el Flecha, rompiendo con la tónica de los últimos partidos, no se hundió y se estiró tras el segundo gol. De esta manera, los pupilos de Juli Caro consiguieron poner la igualada en el marcador.
Primero Pablo en el 78’ y después Fernando, cuando el partido agonizaba, pusieron las tablas para júbilo de la afición pacense, que este curso no está teniendo demasiadas alegrías. De hecho, una nueva decepción estaba a la vuelta de la esquina.
En el descuento, Nacho ponía el 2-3 en el marcador. Tras el esfuerzo titánico de los pacenses por conseguir el empate, todo se iba por la borda. Y ya no había tiempo para reacción. Entre la expulsión de Tiveros en el 93’ y el poco tiempo que restaba, los tres puntos se marchaban para tierras madrileñas.
Tras este nuevo varapalo, el Flecha queda a once puntos de la salvación. Una distancia muy, muy difícil de recuperar. No obstante, y como ha declarado Juli Caro, no queda otra opción que levantar el ánimo y la moral y sacar la situación adelante.
La próxima semana toca viaje a León. Allí los recibirá el CD Fútbol Peña, en lo que debe ser la primera parada de una remontada que, de consumarse, puede ser antológica.
