Pasan nueve minutos de las 2 de la tarde, llueve. La maratón había empezado a las 9:30 de la mañana. Suena por megafonía el nombre de Analice Silva, acompañado por su dorsal, el 666. Veo cruzar la meta a una veterana con un tiempo de 4 horas 25 minutos y 14 segundos y, curioso yo, la sigo hasta que coge algo de bebida y comida que llevarse a la boca. Parece cansada aunque muy entera aún. Me dirijo a ella en tono dubitativo intuyendo que no habla español, y así es, no es de aquí, si no portuguesa y le pregunto para entrevistarla, “hablo un poquino español” -dice- y me animo a hacerle unas preguntas.
De repente, alguien, compañero supongo, me dice que tiene 69 años, que lleva más de 100 maratones y que en unos días parte hacia el Sáhara para correr la Marathon des Sables: Seis maratones en seis días por el desierto, 251 km. Esta mujer promete. La primera pregunta es qué tal ha ido y responde que “vengo de Portugal y no es la primera vez que hago esta maratón, ya perdí la cuenta. Me gusta por dos razones: por estar cerca de mi tierra (facilitando el transporte) y también por la forma de la prueba”. Le pregunto por esa Marathon des Sables y con una sonrisa en la cara, orgullosa, me dice que “me voy al desierto de Sahara a hacer la maratón, comienza el día 7 de Abril y el día 5 estaré allí. Lo hago porque es un sueño de hace mucho. Es una prueba muy cara y un grupo de personas me ha ayudado a pagarlo. Estoy muy contenta”. La verdad que no se me ocurren más cosas para preguntarle y la despido con un «muchas gracias y suerte en el futuro».
Cuando llego a casa lo primero que hago es buscar en google su nombre, solo aparece un enlace a un blog donde habla de ella. A continuación, la historia de superación de Analice Silva:
Con tres años fue abandonada por su padre y trabajó como esclava, a cambio de un techo bajo el que dormir, hasta que se casó. Años más tarde huyó del marido porque sufría malos tratos. Un día leyó en un periódico del bar en el que trabajaba la siguiente noticia: “Los pulmones de un fumador necesitan 10 años de reposo para que vuelvan a ser saludables”. Se asustó y el 31 de Diciembre de 1980 fumó su último cigarro. Pensó que 10 años era mucho tiempo y decidió empezar a correr para hacerlo más rápido. Esa misma noche corrió 16 kilómetros, de noche y sin unas zapatillas en los pies. Y así lo hizo los siguientes días del mes, sin excepción. Su primera carrera fue en Avon y ganó una camiseta y una medalla. En su primera media maratón tardó 3 horas. Un año después llegó su debut en maratón, así como los 100 km.
Pasaron los años y decidió correr su quinta carrera de 100 km en el extranjero, en Santander. Quedó primera. Después de pisar Europa no quiso volver a Brasil y fue a Madrid a hablar con el consulado. Consiguió que el embajador le diese dinero para empezar una nueva vida en Lisboa. Era 1986. Lo que le esperaba en Portugal no era lo que ella había esperado, si no, casi igual a lo que había vivido en Brasil, trabajaba para comer y tener un sitio donde dormir. Ya que no tenía tiempo para correr, decidió subir y bajar tres horas al día los 7 pisos que tenía la casa. Para ella su descanso era salir a correr.
Hoy Analice Silva tiene 69 años y vive en un piso en Odivelas, región de Portugal. Afirma que ya no corre “solo 16 o 20 kilómetros”, si no que lo mínimo que hace son maratones. Lo otro es demasiado fácil. “Me da mucha pena no haber contado nunca los kilómetros que he hecho en la vida, seguro que estaría en el libro de los Guiness” dice.
Entre otras pruebas, el año pasado subió de la Alhambra a Sierra Nevada (50 km de pendiente) y corrió de Lisboa a Maçao (254 km). También ha corrido la Vuelta al Miño, rodeando el río con un total de 385 km. Ya hace tiempo que dejó de contar las maratones y medias maratones. Hasta los 70 años aún le queda mucho por correr. Cumplirá un sueño participando en la Maratón des Sables, nada más y nada menos que correr 243 km en el desierto del Sáhara.
A día de hoy Analice ya no entrena, solamente corre pruebas. No enferma muy a menudo aunque a veces la ciática hace de las suyas. Quiere correr hasta el 20 de Diciembre de 2013, día en el que cumplirá 70 años: “Queda poco para que llegue, aunque sé que voy a querer seguir corriendo”.
¡Suerte en el futuro!