Pocos conocían a Guillermo Castrillejo cuando el Badajoz anunció su fichaje, allá por el pasado mes de julio. El extremo de Villahán aterrizaba en tierras pacenses tras una campaña cedido en la SD Logroñés en la que no terminó de encontrar la regularidad.
Tras la conclusión de la temporada, el atacante regresó al Real Valladolid, club al que pertenecía, pero la no renovación de su contrato le obligó a buscarse un nuevo destino lejos de pucela.
Es en este momento cuando el Badajoz se cruza en su camino. Gudi se adelantó al resto de pretendientes del futbolista y firmó al extremo para el ambicioso proyecto del club blanquinegro en su afán de regresar a Primera RFEF.
Pero el inicio de Castri en el equipo no fue sencillo. Una lesión en pretemporada le tuvo alejado del verde más de la cuenta. Reapareció en la jornada 5, en el encuentro que enfrentó a su equipo ante la UD San Fernando y, curiosamente, en la primera victoria del Badajoz en un inicio de temporada muy mejorable.
Los problemas físicos volvieron y cuando el futbolista regresó, Tenorio ya no estaba. En el empate en casa ante el Ursaria el club decidió prescindir del técnico nazarí para sustituirle por Iñaki Alonso, que no dudó en convocarle para el encuentro ante el Navalcarnero.
Aquel día Castri pudo disputar algo más de media hora, pero el resultado del equipo no fue el más apropiado. A pesar de mostrar una leve mejoría con el nuevo técnico y de adelantarse en el marcador, el cuadro madrileño remontaba y acababa llevándose la victoria por 3-1.
Desde ese momento, todo cambió a orillas del Guadiana. Alonso implementó las cargas de trabajo y comenzó a preparar el choque decisivo ante el Talavera, que llegaba al Vivero como líder del grupo.
Castri debutó como titular en aquel choque y por fin pudo mostrar su nivel. Ocupando la banda diestra, el de Villahán dio muestras de su talento, especialmente en el segundo tanto blanquinegro que nació de una cabalgada suya que acabó en asistencia a Samu Manchón.
Con el golpe sobre la mesa dado, el Badajoz visitó el siempre difícil Municipal Villanovense. Cuando muchos de los aficionados aún no habían ocupado sus asientos, Castri adelantó a los blanquinegros con una semi tijera que confirmaba que además de potencia y velocidad también tenía gol.
Tras sumar dos victorias consecutivas, el Badajoz regresaba al Vivero para medirse al Cacereño en uno de los choques marcados en rojo en el calendario. El derbi extremeño comenzó de la misma forma que lo hizo el de Villanueva de la Serena. Nuevamente Castri se subía a la moto, recorría su banda con potencia y encontraba a Carlos Cinta dentro del área con un gran centro para poner por delante al Badajoz.
El extremo ha tenido mucho peso en las tres victorias consecutivas del Badajoz. Asistencia ante el Talavera, tanto frente al Villanovense y un nuevo pase de gol en el derbi extremeño ante el Cacereño. Tres de los siete tantos que han anotado los blanquinegros en los últimos tres partidos han nacido de sus botas.
Iñaki Alonso ha encontrado un perfil particular de extremo en su plantilla que cada vez escasea más en el fútbol actual. Castri juega a pie natural en la derecha y su velocidad y potencia son oro tanto en las transiciones ofensivas como en los momentos en los que el equipo permanece replegado.
Su facilidad para correr consigue que el equipo pueda estirarse y su sacrificio ayuda en defensa cuando el lateral rival trata de sumarse para generar superioridades que puedan generar peligro por la banda diestra.
Guillermo Castri se ha ganado un puesto en el equipo de titular de Iñaki Alonso a base de actuaciones que han sido relevantes en la mejoría del Badajoz. Lo que pudo sorprender al principio ahora se ha convertido en costumbre. Si Castri está sobre el campo, el Badajoz está más cerca de ganar.