El Badajoz ya está aquí. Ese equipo aguerrido, que dispara primero y luego pregunta, que logra dominar los diferentes factores que rodean un partido de fútbol y que, sobre todo, gana, ha hecho acto de presencia nuevamente en Villanueva de la Serena demostrando que la victoria ante el Talavera no fue un espejismo.
Dos meses después de comenzar la temporada, la afición por fin puede decir que se identifica con su equipo, y lo hace después de sumar dos victorias consecutivas en dos encuentros de una exigencia máxima.
Los tantos de Castri y Carlos Cinta en el Municipal Villanovense otorgan tres puntos a los blanquinegros que los sacan del descenso por primera vez en la temporada después de haber mostrado su versión más competitiva.
El tanto en contra de Mario González en el minuto 80 en otras ocasiones hubiese supuesto la antesala del empate. Pero no ante el Badajoz de Iñaki Alonso, que desde su llegada ha logrado que un equipo en declive crea en lo que hace y que piense única y exclusivamente en sumar tres puntos en cada jornada.
Como lo que funciona es mejor no tocarlo, el técnico vasco decidió repetir el mismo once que batió al Talavera durante la pasada fecha. Narváez se situó bajo palos con Grima, Carlos Cordero, Borja López y Dani Cordero en la zaga.
El doble pivote lo formaron Jou y Núñez, con Jurgi en la izquierda, Castri en la derecha y Samu Manchón como enganche. Por séptima semana consecutiva, Carlos Cinta ocupó la punta de ataque.
El partido inició con un Villanovense tremendamente competitivo que se fue a buscar el partido desde el primer minuto. El equipo de Gus pudo romper la igualada inicial con una acción a la espalda de la defensa que Isra Cano mandó fuera tras picar el balón por encima de la portería pacense.
Los villanos lograron activar su banda diestra y comenzaron a generar peligro desde ese costado. Varias acciones en las que tanto Samu Hurtado como Bermu lograron apurar línea de fondo y estuvieron muy cerca de encontrar un rematador en el área.
Pero el Badajoz iba a conseguir golpear primero. En la primera acción en campo rival, Grima colgaba el cuero desde la banda diestra y, tras un rechace, el balón quedaba muerto dentro del área serona hasta que Castri, con un remate acrobático, la mandaba a guardar.
A diferencia que en otras ocasiones a lo largo de la presenta campaña, el Badajoz conseguía ponerse por delante en la primera acción del partido y lograba suavizar el ímpetu con el que había salido su rival de vestuarios.
Con el gol en contra, el Villanovense desdibujó su versión inicial y encontró más dificultades para llegar al área de un Badajoz que se mostró más pragmático e intenso. Cada vez que su rival juntaba varios pases seguidos, un blanquinegro hacía falta para entorpecer la circulación serona.
La primera mitad iba a concluir con un acercamiento para cada equipo. Primero fue Samu Manchón, el que con una volea desde la frontal del área puso en aprietos a Álex Lázaro. Posteriormente, respondería el Villanovense con una falta directa que obligó a Narváez a emplearse a fondo.
En el inicio de la segunda mitad, las tornas cambiaron en referencia a lo sucedido en los primeros compases del duelo. El Badajoz salió más activo y logró meter en su campo al Villanovense. Primero una llegada de Samu Manchón y después un tiro de Jou desde fuera del área estuvieron cerca de doblar la ventaja blanquinegra.
Pero el encargado de poner el 0-2 en el luminoso iba a ser Carlos Cinta. El delantero emeritense se inventaba un autentico golazo tras hacerse con el cuero en el perfil zurdo del área local y conectar un derechazo a la escuadra de la meta de Álex Lázaro.
Al igual que ocurriera en la primera parte, el Badajoz conseguía asestarle un nuevo golpe al partido que dejaba al Villanovense aturdido. Para refrescar al equipo, Alonso decidió doblar de laterales la banda derecha sustituyendo a Castri por Fidel, además de introducir a Toscano en detrimento de Samu Manchón.
Del mismo modo que su homónimo, Gus también movió el banquillo y refrescó a su equipo. Los cambios sentaron muy bien al Villanovense, que logró encontrar vías más rápidas de atacar la defensa del Badajoz.
La mejoría de los serones se tradujo en el 1-2. Una jugada por banda derecha en la que el Villanovense cargó el área con muchos efectivos se acabaría convirtiendo en el tanto local después de que Mario González batiera a Narváez en el minuto 80.
Tras el tanto en contra, el Badajoz volvió al pragmatismo y evitó que los villanos pudieran encadenar series de pases que les permitieran generar peligro. En vistas del planteamiento de su rival, los serones usaron las bandas para tratar de lograr mediante centros el tanto del empate, pero unos imperiales Carlos Cordero, Borja López y Narváez evitaron males mayores.
Con el descuento ya cumplido, el colegiado decretaba el final de un encuentro vibrante que finalmente cayó del lado pacense. Los zarpazos de Castri y Cinta suponen la segunda victoria consecutiva, la primera victoria a domicilio en poco más de un año y el primer triunfo en un derbi extremeño en lo que va de campaña.
La próxima semana, los hombres de Iñaki Alonso regresan al Nuevo Vivero para afrontar un nuevo enfrentamiento regional. El Cacereño será el equipo que visitará el feudo blanquinegro el próximo domingo a las 17:00.