Insultar de forma racista a jugadores contrarios tiene el precio de 500 euros. Así lo ha dictaminado el Comité de Competición de la RFEF después de que Vicente Moral, colegiado del choque entre Talavera y Badajoz, recogiera en el acta del partido los insultos racistas proferidos por un sector de la grada al centrocampista del Badajoz, Jannick Buyla.
Con el partido cerca de concluir, un futbolista del Talavera requirió atención médica cerca de una de las gradas de El Prado. Mientras se atendía al futbolista cerámico, Jannick Buyla pudo escuchar como desde la grada se le insultaba de forma racista.
El jugador, visiblemente molesto, tuvo sus más y sus menos con el público mientras el colegiado se acercaba al delegado del Talavera para comentarle lo sucedido. Ferrón, Adilson y algunos jugadores del Talavera trataban de calmar los ánimos mientras el árbitro trataba de apartar a Buyla de la zona de conflicto para que el problema no fuera a mayores.
Tras la conclusión del partido, Vicente Moral recogió lo sucedido en el acta del encuentro. «Yo mismo pude escuchar con nitidez como varios espectadores de la hinchada local se dirigieron al jugador en los siguientes términos ‘¡Eres un mono!’», recogió el trencilla en el acta.
El pasado 4 de abril, la RFEF publicaba el acta de resolución del encuentro entre Talavera y Badajoz. En el documento, además de certificar las diferentes sanciones deportivas, se expresa en el apartado de incidencias que se sanciona al CF Talavera de la Reina con un total de 500 euros por incumplir el artículo 114.3 del Código Disciplinario.
En las alegaciones correspondientes por parte del club cerámico, el Talavera «manifiesta su rechazo y condena cualquier tipo de comportamiento racista» y señala «una labor de investigación para localizar a los que profirieron dichos insultos, con el objetivo de proceder a su sanción».
El cuadro manchego también manifiesta que «los insultos proferidos vienen precedidos de una actitud provocadora del jugador» y se remiten a uno de los vídeos usados como prueba en las alegaciones.
Finalmente, Competición concluye el informe explicando que tras el aviso por megafonía los insultos cesaron, por lo que consideran que el Talavera «resulta acreedor de la sanción mínima prevista, con valor de 500 euros».
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