El Badajoz saca un empate que no satisface a nadie

El equipo blanquinegro empató a uno ante un Linares que disputó toda la segunda mitad con un hombre menos y que pudo haberse llevado la victoria de no ser por Kike Royo, que detuvo un penalti en el minuto 92

Empate desesperante en el Cívitas Nuevo Vivero. A pesar de adelantarse en el minuto 19, el Badajoz terminó empatando ante un Linares que jugó toda la segunda parte con un hombre menos a causa de la expulsión que sufrió Lolo González y que obtuvo su gol gracias a un tanto en propia de Carlos Cordero.

Los primeros compases del encuentro estuvieron marcados por un Badajoz apoyado en el sistema de tres centrales que viene siendo habitual en el equipo de Salmerón. Los blanquinegros cedieron el balón al Linares mientras esperaban agazapados a que se produjera la pérdida para salir al contragolpe.

Los andaluces avisaron en el minuto tres de encuentro con un disparo lejano que obligó a Kike Royo a emplearse a fondo para evitar el primer tanto del encuentro. El Linares presentaba su carta de presentación.

Ya en el primer cuarto de hora del partido, el Badajoz se vio obligado a realizar el primer cambio del encuentro. Borja García se tiraba al suelo y ponía punto final a su participación. Salmerón, que dudó si deshacer la defensa de tres o mantenerla, se acabó decantando por la segunda opción. Dio entrada Javi Ros y pasó a Palma al centro de la zaga, flanqueado por Mariano y Cordero.

La continuidad en la idea dio frutos a los blanquinegros. Tras varios contragolpes que no se pudieron completar con éxito, el Badajoz volvió a robar en el 18 de partido con campo por delante para transitar.

Adilson, autor del robo, recorrió varios metros por banda izquierda hasta que descargó en Zelu, que habitaba el carril central. El jerezano dividió con su par hasta que encontró a Calderón que se incorporaba por la derecha. Ya en el área, el flamante carrilero blanquinegro oteó el horizonte para ver quién sería el receptor de su centro. Con el punto de tensión justo, el envío del de Almansa se colaba en la portería de Ernestas sin que nadie lo tocara.

El gol, como suele ser habitual, sentó muy bien a los pacenses. El Linares seguía dominando el cuero pero con una cantidad de imprecisiones demasiado alta como para inquietar a su rival. El Badajoz se sentía cómodo en su rol y buscaba hacer daño en transición, aunque faltaba precisión en los últimos metros.

Ya en la media hora de partido, fue Soto el que tuvo en sus botas aumentar la ventaja. El futbolista blanquinegro recibía un pase a la espalda de la defensa que lo dejaba mano a mano con el meta lituano del Linares, que le ganaba la partida al navarro.

El partido se iba a agitar más todavía cuando el colegiado expulsaba a Lolo González en el minuto 41 por dos tarjetas amarillas que vio en cuestión de segundos. El futbolista del Linares trastabillaba a Soto cuando estaba a punto de pisar área rival y eso le hacía ganarse la primera cartulina. Disconforme con la decisión del colegiado, González pegaba un golpe al balón delante del árbitro, que le mostraba la segunda amarilla y lo mandaba a vestuarios antes de tiempo.

Al igual que Lolo González, el partido se iba también a vestuarios. Con la reanudación, Salmerón decidió modificar el sistema. Pasó a 4-2-3-1, con Mariano y Cordero en el centro de la zaga y Palma acompañando a Mancuso en la sala de máquinas con Ros por delante.

Pero el partido iba a cambiar drásticamente para el Badajoz. Solo diez minutos después de comenzar la segunda mitad, Cordero introducía el balón en su propia meta tras un centro lateral dirigido al corazón del área.

Con el gol en contra recibido, Salmerón volvió a cambiar el sistema. Introdujo a Más y a Alfaro en detrimento de Mancuso y Zelu. El Badajoz pasó a 4-3-3, con Calderón y Adilson en los costados y Alfaro y Ros custodiando a Palma en el centro.

Al Badajoz le costó digerir el tanto en contra y pasó unos minutos desubicado sobre el campo. Salmerón dio entrada a Ferrón, para quemar las naves y tratar de encontrar esa mordiente ofensiva necesaria para sumar de tres.

Cuando los blanquinegros se volvieron a asentar en el campo, comenzaron a llegar los acercamientos pero con poco peligro. Ferrón y Adilson estuvieron cerca de lograr el 2-1 pasada la hora de partido. En primer lugar, el andaluz trató de sorprender a Ernestas con un disparo muy lejano que, a causa de un tropiezo del meta lituano, cerca estuvo de acabar en gol.

Solo cuatro minutos después, en el 69, Adilson se volvió a topar con el portero del Linares. Al portugués le caía un rechace que le dejaba mano a mano con Ernestas, pero éste volvía a rehacerse y mandaba el balón a córner.

Dispondría de una acción más el Badajoz que no llegaría a finalizar con tiro a puerta, gracias a una cabalgada de Adilson por el costado izquierdo que no encontraba ni a Soto ni a Ferrón, los hombres que poblaban el área del Linares.

Con las tres acciones más claras del Badajoz en la segunda mitad desperdiciadas, el Linares comenzó a creerse que podía sacar mayor botín del Nuevo Vivero. Alfonso iba a meter el susto en el cuerpo de la afición blanquinegra después de finalizar un contragolpe linarense con un disparo que se estrellaba en el larguero de la portería de Kike Royo.

El giro final del partido iba a producirse en el minuto 90. La falta de contundencia en la zaga blanquinegra provocaba que Aitor Gelardo arrancara en dirección a la meta de Kike Royo en busca del tanto de la victoria. Carlos Cordero llegaba a igualar la carrera del futbolista del Linares pero, al hacer la carga para desestabilizar, el colegiado interpretaba que el central blanquinegro cometía penalti.

Abeledo iba a ser el encargado de transformar la pena máxima en el minuto 92 de partido. Pero delante tenía a un Kike Royo estelar que adivinaba el lanzamiento y detenía un penalti que supondría un punto para el Badajoz.

Tras un empate que no sirve de mucho para las aspiraciones blanquinegras, los pacenses se quedan ubicados en la decimocuarta posición de la tabla con 19 puntos, a uno solo del Pontevedra, que marca el descenso con 18.

El Badajoz afronta el parón navideño con cierta incertidumbre en cuanto a resultados, pues no termina de encontrar la estabilidad, y con un ojo puesto en el mercado invernal por si se pudiera reforzar la plantilla. Tras las dos semanas de vacaciones, el club pacense viajará a Pontevedra para comenzar el año 2023.

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