Óscar Cano regresaba a la que fue su casa. El técnico nazarí volvía a Badajoz once meses después de su despido, esta vez como entrenador del Deportivo de la Coruña, y a pesar del buen recibimiento de la afición blanquinegra, su equipo se fue con las manos vacías de la capital pacense.
El tanto de Francis Ferrón en el minuto 96 desataba la locura en el coliseo blanquinegro y confirmaba lo que posteriormente reconocería el propio Cano en rueda de prensa. «El Badajoz ha sido justo ganador del partido. Han merecido ganar antes del minuto en el que lo han hecho», expresaba el preparador deportivista.
Cano fue muy crítico con lo mostrado por su equipo sobre el césped del Vivero, llegando a expresar que su equipo había estado «ridículo» y que lo visto en el verde pacense era «impropio de un equipo mío».
El que fuera entrenador blanquinegro no quiso olvidarse de su etapa en Badajoz y aseguró que siempre es «agradable volver a donde uno se sintió bien y dejó tantos amigos». A pesar de las convulsas circunstancias que rodearon su estancia en el club pacense, Cano se mostró contento por volver a ver a gente «con la que conviví, con la que me siento muy bien», aunque finalizaba su intervención reconociendo que «uno viene con la intención de ganar en cualquier sitio».