El efecto Salmerón se diluye

El Badajoz pierde 0-2 ante el Linenese y acumula dos derrotas consecutivas tras cuajar un mal partido ante un rival que todavía no había ganado en la competición

MIRIAM GARRIGA

La calma no termina de llegar al Nuevo Vivero. El Badajoz perdió 0-2 ante la Balompédica Linenese y acumula la segunda derrota consecutiva en la era Salmerón y la quinta en el global de la temporada. Los goles de Álex Guti y Fekir sentenciaron al conjunto blanquinegro que hizo un partido pobre en el que tuvo la iniciativa del juego muy poco tiempo.

Las declaraciones de Luis Valcarce tras el partido, aquí.

Las declaraciones tras el partido del entrenador, José María Salmerón, aquí.

La Balona se presentaba al Nuevo Vivero con el casillero de victorias por estrenar pero con la intención de pescara en río revuelto. El conjunto de La Línea de la Concepción había destituido a Alberto Monteagudo el pasado miércoles y había nombrado a Rafael Escobar como nuevo técnico en la que será su cuarta etapa en el club andaluz.

El Badajoz por su parte afrontaba el encuentro como “decisivo” según explicó el propio Salmerón en la rueda de prensa previa al partido. Tras la derrota en Fuenlabrada y con el lío institucional que suele acompañar al equipo en los últimos tiempos en auge, la escuadra pacense afrontaba el duelo ante el Linense con el único objetivo de sumar tres puntos.

La enfermería se había vaciado por completo. Palma, que continuaba arrastrando molestias, entraba en la convocatoria y la única baja era la de Mati Pérez Acuña por sanción. Con Ferrón en punta y Adilson, Alfaro y Zelu por detrás, el colegiado señalaba el pitido inicial.

Los de Salmerón comenzaron el partido tratando de ser dominantes, aunque el estado del césped del Nuevo Vivero no permitía un juego excesivamente combinativo. La Balona, que en el momento en el que llegaba al partido se conformaba con traerse algo positivo de Badajoz, esperaba el error blanquinegro ordenado atrás y con las líneas juntas pero decididos a hacer daño en transición. Prueba de ello fueron las dos intervenciones de Kike Royo en la primera mitad que bien podrían haberse convertido en el primer tanto visitante.

Aunque la primera gran ocasión de la primera mitad estuvo en las botas de Francis Ferrón. El ariete andaluz mandó alto un remate a menos de metro y medio de la portería de Varo tras un centro con música de Valcarce. El propio Ferrón dispuso de otro intento cerca del descanso que también se le marchó desviado. Minutos después, García Riesgo mandaba el partido a los vestuarios tras una primera parte sin demasiado brillo en ninguno de los dos conjuntos.

El partido iba a cambiar drásticamente en el inicio de la segunda mitad. En el minuto 49, Álex Guti controlaba un envío a la espalda de Luis Valcarce que lo dejaba solo ante Kike Royo. El extremo balono encaraba al meta riojano y definía con un disparo raso que se colaba por debajo de las piernas de Royo, poniendo el 0-1 en el marcador.

El Badajoz no supo digerir el gol en contra y tuvo un tramo en el partido en el que se encontró perdido y sin ideas. El partido estaba donde la Balompédica Linense quería y los cambios de Salmerón no surtieron demasiado efecto.

Con la salida de Ferrón del terreno de juego, la grada mostró su disconformidad con el cambio. David Soto entraba para sustituir al delantero andaluz con el marcador en contra y el público entendió que, sustituir al único delantero del equipo con un resultado adverso no era la mejor solución para remontar el partido.

Asimismo, la Balona se encontraba más cómoda en el partido. Los minutos avanzaban y el Badajoz iba siendo presa de los nervios sin encontrar nada material a lo que agarrarse. Todo se agravó cuando en el minuto 75 Yassin Fekir convirtió un gol ‘maradoniano’ tras regatear a cuatro futbolistas blanquinegros.

Automáticamente, la grada del Nuevo Vivero comenzó a vaciarse y empezó a escucharse música de viento contra el palco. Las sensaciones que transmitía el equipo eran que el gol de Fekir era la sentencia a un partido en el que el Badajoz no estuvo en ningún momento.

Con más empuje que otra cosa, el camino más corto para intentar inquietar al meta balono eran los balones colgados al área. La entrada de Calderón dio más vuelo al equipo por banda derecha, pero nada fue suficiente para si quiera lanzar un disparo a puerta.

Con el pitido final del colegiado, los pocos asistentes que quedaban en la grada del Civitas Nuevo Vivero se giraron al palco buscando explicaciones sin demasiadas esperanzas de encontrar ninguna respuesta.

La próxima semana, el equipo de José María Salmerón viajará a Alcorcón para enfrentarse al conjunto alfarero el domingo a las 18:00 en el Municipal de Santo Domingo.

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