El mundo del fútbol recuerda en estos días el cuarto aniversario de la pérdida de uno de los revolucionarios del deporte rey, y este dolor alcanza también a Extremadura en general y la capital pacense en particular. Johan Cruyff pisó el verde del Vivero para enfrentarse al Badajoz el 17 de junio de 1977. En juego, un puesto en la final de la XI edición del Trofeo Ibérico.
El «holandés de oro», como le califica la crónica del Mundo Deportivo al día siguiente, cuajó una gran actuación en los 80 minutos que estuvo sobre el campo. Los pupilos de Rinus Michels en el FC Barcelona fueron bastante superiores a un CD Badajoz que acaba de ascender a 2ªB y se llevaron la victoria por un claro 5-1, marcando Cruyff el cuarto tanto desde el punto de penalti.
Este conjunto blanquinegro estaba liderado por un gran Lavado (puesto por las nubes también en las crónicas del día posterior) y un Adelardo que volvía a casa después de su exitoso paso por el Atlético de Madrid, donde fue Subcampeón de Europa en la famosa final ante el Bayern de Múnich pero Campeón de la Copa Intercontinental.
Construyó un Barcelona Campeón
Los azulgranas se llevaron el Trofeo Ibérico al también golear en la final al equipo húngaro Ferencváros TC por 3-0, en una época en la que Hungría disponía de un fútbol bastante competitivo. Fue la última temporada del ’14’ como jugador en el Barcelona. Acabó la andadura igual que la empezó, ganando un título oficial. Ganaron la Copa del Rey a Las Palmas al imponerse por 3-1.
Tras una impresionante carrera como futbolista en equipos como Ajax, Barcelona y la selección holandesa (es considerado como uno de los cuatro grandes jugadores de la historia), logró triunfar también como técnico. En un fútbol en el que se solía jugar con cinco defensas, Cruyff decidió introducir el famoso 3-4-3 en el conjunto catalán, modelo en el que se inspira el exitoso Barcelona actual y que ganó la primera Copa de Europa en Wembley en el año 1992.
Uno de los verdaderos genios del deporte mundial que será recordado de por vida y homenajeado como se merece en Barcelona, Holanda y todos y cada uno de los rincones del ‘Planeta Fútbol’. Descanse en paz.