El CD Badajoz se va a encontrar este sábado con un viejo amigo. Enrique Martín Monreal, actual entrenador del Córdoba y que ya lo fue de muchos otros equipos a lo largo y ancho del país, es recordado principalmente en la capital pacense por cortar una acción de ataque local metiendo la pierna (o la pata) en el campo cuando era técnico del Leganés. Fue expulsado y sancionado con diez partidos y condenado a pagar una multa de medio millón de pesetas.
Esta acción pasó a la historia del fútbol español, protagonizando páginas y minutos de los principales medios de comunicación nacional hace ya casi dos décadas (ocurrió el 4 de noviembre de 1999). Desde entonces, los dos conjuntos que jugaban aquella tarde y, el propio míster, han cambiado mucho.
Tras años y años en Segunda sin poder ascender a Primera (estando cerca muchas veces pero sin poder lograrlo) el Badajoz volvió a Segunda B. El lobo feroz que es la categoría de bronce se lo comió y los blanquinegros acabaron desapareciendo y jugando en regional.
El Leganés tomó la dirección inversa. Aunque regresó al fútbol de bronce, supo competir bien para volver a Segunda y, por primera vez, ascendió a Primera. Un modelo a seguir en todo el país.
Mientras que los clubes recorrían su camino, Enrique Martín ascendió a Osasuna a la máxima categoría y su pasión por este deporte le provocó problemas de corazón. Es un ejemplo de superación y de amor al fútbol. Aunque su intensidad a veces le juegue malas pasadas, todos tenemos mucho que aprender del gran Enrique.