La racha de partidos sin perder, la buena dinámica del Club Deportivo Badajoz y, en definitiva, el excelente tramo final que está viviendo la familia blanquinegra está haciendo que el Nuevo Vivero sea domingo tras domingo una olla a presión. ¿Los motivos de ello? la respuesta está clara. La directiva está proponiendo iniciativas y haciendo ofertas que facilitan que la afición se ilusione y vuelva al templo pacense.
Ahora bien, sólo hay que darse un paseo por las publicaciones de facebook o twitter para ver que cierto sector de la afición es reticente a que la directiva rebaje precios para que la afición vaya a apoyar a su equipo. Es obvio que si realizas ofertas y rebajas las entradas, el valor del abono se reduce. Pero en cambio, con estas iniciativas, el valor del fortín del Vivero se multiplica ante compromisos tan evidentes como el jugarse acceder la fase de ascenso.
En multitud de ocasiones se ha sacado a relucir aquel partido ante el Ceuta en 2004 donde el Badajoz consiguió meter 10.000 personas en el Nuevo Vivero y pudo clasificarse para los PlayOff de ascenso. Aquel partido el Badajoz se jugaba soñar y había que prescindir de algo, o del valor tangible del abono o del ambiente del Vivero. La directiva consiguió «regalar» las entradas y acertaron.
Entonces, quiero que me permitáis ser socialmente incorrecto. Los socios son el activo de un club, sí. Pero ante tal situación, cuando ni siquiera la directiva era consciente a inicios de temporada que el equipo estaría a estas alturas a dos puntos del playoff de ascenso, creo que conviene tirar de afición, seguir con las iniciativas de precios populares y dejar soñar a la ciudad.
El Nuevo Vivero quiere volar, no le cortemos las alas.
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