El Badajoz vuelve a golear sin brillar en campo del Valdivia gracias a los tres tantos marcados por el extremo pacense
Una semana más, la vida sigue igual. Por segundo encuentro consecutivo el CD Badajoz logró una holgada victoria por tres tantos de diferencia sin encajar. Esta vez la víctima fue el CP Valdivia en su propio campo. El guión a seguir por los blanquinegros también fue el mismo que el de la semana anterior en el Nuevo Vivero frente al Montijo. Mucha pegada pero el juego no enamora.
Los dos partidos que ha estado Joselu apartado por lesión de los terrenos de juego, le han servido a la afición pacense para idolatrar a un nuevo componente de la plantilla. El agraciado en esta ocasión con esa dosis extra de cariño está siendo Joaqui Flores. Como pasa normalmente con este tipo de ídolos momentáneos (o no), el extremo se lo ha ganado a base de goles.
Hasta que Joaqui sacó su varita mágica, el partido estaba siendo bastante aburrido. Los goles no te quitan el aburrimiento pero al menos te dejan un buen recuerdo en la memoria. Comenzó con más posesión el cuadro local, algo que ya de por sí sorprende. El Badajoz creó mucho peligro a la contra, hasta llegar a disponer de varias ocasiones.
El propio Joaqui Flores fue el que tuvo la primera oportunidad en un mano a mano frente al meta Damián. El extremo se acabó escorando y esto hizo que su disparo no llegara a buen puerto. Parece confirmarse que, cuando no está Joselu, Agustín Izquierdo quiere que la principal referencia ofensiva de su equipo sea él, dejando a Gabri Ortega en la mediapunta. La alineación dejó también como principales novedades la continuidad de Marco Rosa en el once (y lo hizo bien) y el cambio de cromos en el centro de la zaga entre Paco Borrego, que se quedó en el banquillo, y Manuel Pozo.
Puñales en las bandas
La siguiente llegada con verdadero peligro por parte visitante se creó en las botas del lateral David Gallego. El salmantino ensayó el disparo que pudo atajar el portero tras una serie de rebotes. Y de lateral a lateral y tiro porque me toca. Chechu también intentó poner su nombre al primer gol del encuentro, de nuevo sin éxito. El balón se marchó desviado.
Gabri Ortega luchó con muchas ganas todos los balones que pasaban a su alrededor, pero no fue uno de sus mejores partidos desde que viste la blanquinegra del CD Badajoz. El mediocentro valdiviano Víctor Moriano estuvo también a punto de inaugurar el marcador en la portería que no debía al intentar despejar el cuero.
A tan solo cinco minutos para que llegara el descanso, Joaqui Flores comenzó su recital. Fue en una jugada desde la izquierda que el Valdivia no acertó a despejar y Joaqui clavó el cuero en la escuadra con la zurda desde la frontal. El extremo seguía crecido y antes del descanso dejaba el duelo sentenciado. Jugada personal en la que buscó el ángulo de tiro para su pierna derecha y puso la pelota abajo pegada al palo de nuevo desde la frontal, su lugar preferido.
Un nuevo disparo de Chechu y dos palos en la misma jugada de Gabri Ortega ponían sobre aviso al Valdivia de que el tercer tanto estaba al caer, lo que no impidió que ocurriera. Una vez más Joaqui se plantó en el mano a mano ante Damián dentro del área y aprovechó su salida para batirle por bajo gracias a un único toque sutil.
Tres puntos que continúan situando a los pacenses a seis puntos de la cabeza que sigue ostentando el CP Cacereño. Los de Izquierdo recibirán el próximo domingo a las 17:00 a la revelación Olivenza de un viejo conocido como Juan García.