Los de Marcelino se hacen con el título tras superar al Sporting en un partido condicionado por el calor
Volvió el Trofeo Ibérico a Badajoz once años después. Lo hizo con dos equipos de Champions sobre el césped del Nuevo Vivero, con más de 6.000 aficionados en las gradas y con casi 40 grados que condicionaron el espectáculo.
Por culpa del calor y del escaso rodaje que llevan los dos equipos se vio un partido de destellos del que se pueden sacar pocas conclusiones. Una de las enseñanzas claras del encuentro es que el Villareal tiene un gusto exquisito en el trato de balón. Otra, que el Sporting tiene muchos automatismos todavía por mejorar y que siempre va acompañado de su afición a cualquier parte. Lo dijo el lateral João Pereira en rueda de prensa: «hemos jugado como en casa».
Pese al empuje de la gran cantidad de aficionados lusos desplazados hasta Badajoz, el Villareal comenzó mejor el encuentro. El submarino amarillo se plantó en el Nuevo Vivero con un centro del campo titular, con Jonathan Dos Santos y Trigueros en la manija. Ambos fueron los dueños de los primeros 20 minutos, donde se vio el mejor fútbol de la noche. En el 5, el joven catarí Akram Afif, muy activo durante los minutos que disputó, tuvo la primera oportunidad del encuentro, pero su disparo se estrelló contra el guardameta del club portugués.
Durante esos primeros minutos, el Villarreal llevó mucho peligro por los costados, especialmente gracias a las incorporaciones de José Ángel y Mario. El internacional español tuvo una buena oportunidad cuando se internó en el área y disparó con la diestra, pero Azbe Jug respondió bien bajo palos.
Mientras tanto, el Sporting apenas tuvo presencia en ataque durante los primeros minutos. Una chilena tímida de un intermitente Brian Ruiz y un disparo potente pero centrado de Alan Ruiz fueron las únicas oportunidades del cuadro lisboeta hasta el minuto 44. Entonces, tras una falta botada desde la izquierda, Hernán Barcos cazó un rechace dentro del área que aprovechó para mandar a la red. El colegiado lo anuló por fuera de juego. Dudoso.
Tras el descanso, el ritmo del partido bajó sustancialmente. El intenso calor (hubo que parar el partido en el minuto 30 de cada parte para que los jugadores bebieran) y el carrusel de cambios interrumpieron el juego y apenas hubo ocasiones en una segunda parte en la que el Sporting se mostró ligeramente superior. Dos destellos de Matheus Pereira y un balón que Iuri Medeiros envió llorando al poste fueron lo único destacado de la segunda mitad.
Finalmente, los penaltis decidieron el ganador del Trofeo Ibérico. Slimani falló primero para el Sporting, pero el error de Ramiro igualó la serie. Una gran parada de Andrés Fernández a Rubén Semedo y el gol desde los once metros de Leo Suárez dieron al Villareal su primer Trofeo Ibérico, que levantaron Jaume Costa y Víctor Ruíz.
Hoy disfrutaremos con nuestro Badajoz, porque el partido de ayer fue una auténtica pachanga adormecedora. Yo me marché 20 minutos antes de terminar el partido. Y conmigo salieron del campo numerosas decenas de personas.
Después de ver el partido de Pueblonuevo, con dos equipos entregados, el juego de ayer me pareció de regional.