El Club Pacense Voleibol se proclama vencedor de la primera división, y asciende a Superliga 2, el sueño que venía persiguiendo desde hace varios años
Sintiendo envidia sana de sus compañeros de Cáceres, quiénes ya saborean las mieles de la máxima categoría, la «naranja mecánica» por fin ha conseguido el tan ansiado objetivo de escalar un peldaño para estar ahora entre la élite nacional del voleibol, tras llevar ya varios años buscando dar con la tecla que les haga ascender a la división de plata.
El CPV, de un equipo de amigos, a profesionales
Todo comenzó como la aventura de un imberbe apasionado a este deporte, cuando hace poco más de una década, un joven Diego Jaramillo fundaba un club de volley prácticamente con lo puesto, para poder distraerse con lo que realmente le gustaba practicar.
Con un equipo en segunda división nacional (no confundir con la Superliga 2), se inició la andadura del Club Pacense Voleibol, un grupo de amigos que no buscaba competir, sino simplemente pasar un rato agradable anotando unos sets para amenizar los fines de semana.
Con el paso de los años, el CPV fue poco a poco construyendo una estructura de club profesional, con cada vez más categorías que iban todas ellas creciendo paso a paso , y cada año cuenta con la presencia de más niños y niñas interesados en practicar el «balón volea».
Además, poco a poco, fue adquiriendo una mayor seriedad y compromiso, y en la actualidad cuenta con más de una decena de personas contratadas trabajando para el club, cosa que no se puede decir prácticamente en ninguna otra entidad deportiva en Extremadura. Además, está adaptando el novedoso modelo de contratación que se está poniendo cada vez más de moda en los equipos autóctonos. Dicho sistema consiste en la contratación de jugadores consiguiéndoles un puesto de trabajo, es decir, que juegan para un determinado club, y este a cambio les aporta un empleo con los contactos que la directiva tengan con empresas, o incluso organismos públicos. Esta misma fórmula, también es aplicada por otros conjuntos como el Mérida AD, el Santa Teresa, o el CD Badajoz, entre otros.
«Nadie podría pensar hace ahora once años que nuestro club estaría como está» sonríe Jaramillo. «Hemos pasado de ser un equipo de amigos a un club serio, y eso es algo que habla de nuestro trabajo» añade el presidente.
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