Cada fin de semana rueda el balón en nuestra ciudad en diversos campos fútbol en las distintas categorías desde los más pequeños hasta tercera división, donde el mayor protagonista aparte de los jugadores es el árbitro.
En los terrenos de juegos nuestro mayor deseo siempre cuando vamos a ver a nuestro equipo es que gane a toda costa hasta cierto grado que no respetamos al equipo contrario incluso llegamos aún más lejos atribuyendo la culpa a alguien y concretamente al árbitro.
No nos damos cuenta de que al árbitro es un ser humano igual que el resto y que al igual que los jugadores fallan un pase o un remate a gol ellos también pueden tener errores a la hora de señalar una falta o un fuera de juego.
Tenemos el privilegio de poder contar con un árbitro donde él debe hacerse cargo de los veintidós jugadores dentro del terreno de juego sin contar con los jugadores suplentes, entrenadores, familiares y publico asistente donde deberíamos considerarlos como jueces que se encargan de mantener el orden y que tienen el deber de que se cumplan correctamente las reglas de juego y no como personas juzgadas.
Si seguimos así llegara un momento donde los árbitros ante estos malos tratos se negaran a dirigir los encuentros, y sin ellos no podrán disputarse los partidos debido a que nadie se verá capaz de afrontar tal maltrato acabando con este deporte tan bonito donde lo que se busca es disfrutar de ello.
Por ello si todos ponemos de nuestra parte por medio del respeto a los que se encargan de dirigir los encuentros sin buscar el mal de ningún equipo el futbol seguirá vigente este deporte tan bonito y con la ilusión de todos.