Con los focos siempre apuntando hacia el arte de la balompédica, muchos otros deportes sufren el escepticismo, la indiferencia, y muy a menudo, el rechazo por parte de los seguidores de nuestra ciudad.
Luis Rollano @LRollano
Este es un debate que podemos remitir al resto de España, ya que tanto en la televisión, como en la prensa y radio, se habla siempre de fútbol en el espacio de deportes, y para ser más concretos, se habla mucho del Real Madrid, y bastante del FC Barcelona. Si dividiéramos la sección de deportes en tres partes, una parte gigante estaría formada por estos dos equipos anteriormente citados, y luego tendríamos otra (bastante más pequeña), donde se vería, por un lado el resto de equipos de fútbol, y por otro el resto de deportes, entre los que baloncesto, tenis o F1 parece que se llevan el monopolio. Natación, Atletismo o ciclismo entre otros, ocupan en el mejor de los casos, el espacio de breves.
Pero volvamos ahora a la ciudad de Badajoz. Tenemos un equipo venido a menos en 2ªB llamado CD Badajoz, en el que mantener la categoría es a lo que más se aspira ante el escaso apoyo de unas 3000 personas (siendo optimistas) que acuden a un campo donde caben 12.000 personas más. En la otra orilla, un club provoca el sonrojo del fútbol regional por una retirada prematura de la competición, después de varios meses sin cobrar, provocando su desaparición. Año y medio después, desaparece el equipo anteriormente citado, tras entrar en proceso de liquidación mediante una orden judicial que así lo dictamina. Parecía el fin de los días del fútbol en nuestra ciudad.
Las semanas fueron transcurriendo entre sollozo y sollozo, y con la fatiga propia que provocaba el calor del verano, se empezaba a crear un club de cero, uno para volver a empezar. La ilusión y el entusiasmo eran la bandera de un club hecho por afición y para la afición. Se sabía que el camino iba a ser largo, pero había unos hinchas que se sentían en deuda con su club por haberle dejado morir, y ahora estaban dispuestos a pasar lo que hiciera falta para volver a ver a su equipo donde le pertenecía.
El problema es que había más nietos reclamando la herencia del abuelo; ya que otro club de la capital pacense también quiere llevarse la afición y devolver a Badajoz a la categoría que le pertenece. La fórmula que desde esta parte se plantea consiste en partir desde tercera, y hacer un equipo con grandes jugadores que ilusione a la ciudad, y que le haga ascender de categoría. Una cosa sí que es segura, y es que de no haber coincidido en el tiempo estos dos equipos habrían triunfado flagrantemente gracias a la solidez de sus proyectos. O no. ¿Quién sabe?
Un equipo tiene un campo, como se dice por aquí “chico”, y lo llena, hace a sus espectadores tener que “plantar la sombrilla” en el sitio donde se quieren sentar una hora antes, los partidos en su mayoría no son demasiado entretenidos, ya que ganan con cierta facilidad a casi todos ellos (salvo contadas excepciones). El público está ilusionado, y se logra el ascenso a final de temporada.
El otro, tiene un campo, como se dice por aquí “mu grande”, pero una afluencia de público bastante discreta. A esto sumarle la desbandada de casi todas las estrellas firmadas dos meses antes. Parecía que sólo había sitio para los contratiempos en este equipo, y además, fuera de casa se sumaban resultados bastante discretos. Pues pese a todo ello, el grupo restante dio el do de pecho, alcanzó el subcampeonato, y ya en play off, solo una fatídica tanda de penalties le evitó ascender de categoría. Con todas las circunstancias, pueden estar medianamente orgullosos por lo conseguido.
A este escenario se suma un tercero, otro equipo muerto que resucita, y que asciende en su primer año tras ser subcampeón. Tiene afición poco numerosa, pero bastante fiel a su equipo.
Tras la desolación, llegaba en teoría la esperanza, ya que según va pasando el tiempo, cada equipo va recuperando el sitio que le pertenece. No obstante, aquí hay una historia que no hemos terminado de contar.
Tras la muerte del abuelo, dos nietos quieren llevar consigo el nombre de su difunto pariente y toda la herencia que ello supone, por lo que protagonizan una rivalidad que más que ayudar a crecer a la ciudad, lo que provocando es que caigamos en el riesgo de devolverla adonde estaba hace apenas unos meses, y es justo donde estoy seguro que nadie quiere volver.
Los resultados deportivos de uno y otro, son incuestionables, ambos ocupando puestos altos de la tabla, cumpliendo hasta el momento los objetivos marcados el pasado verano. Pero hay odios muy peligrosos que están surgiendo y que podría llegar a pasarles factura en lo deportivo.
Que el hashtag de nombre #Badajoz que cada fin de semana se lee por twitter, se habla muy de puntillas de los éxitos de Ángeles López, o de que la UBP ha ganado la supercopa, o que el GBP y el CPV femeninos jugaron la fase de ascenso con distinta suerte. Esto parece que no preocupa. Preocupa más si llaman como no deben a un equipo, o si a mi campo va más gente que el tuyo, o de que tú quitas, o tú pones espectadores en tu campo. Me consta que a estos jugadores de balonmano, basket, volley, o de coches teledirigidos por rotondas sin regar de la avenida Sinforiano Madroñero, no ven esto como deporte. Sí que les interesa y mucho saber cómo ha quedado el equipo de fútbol al que siguen, y entienden, lógicamente que en los medios se hable más de fútbol que de ellos, ya que hay más aficionados a ese deporte. Pero comprendan que les irrite que preocupe más la lucha por las cifras de abonados, por la guerra de espectadores, por las cruzadas acusaciones de ser unos mentirosos y de los usos del campo, que los éxitos que a ellos les cuesta la vida conseguir.
Han de ser sabedores de que esta disputa le causa un terrible daño a la ciudad, y que Badajoz lo tendrá difícil para colar a equipos en las altas categorías del fútbol nacional si se sigue con esta discusión de niños. El fútbol debe de saber el poder que tiene, y aprovecharlo para bien, para ilusionar a la gente con resultados, y hacer buenas iniciativas, y reportajes curiosos en los medios, y no para tratar temas más propios del Sálvame, o Punto Pelota, antes que de medios locales.
El mundo futbolístico en Badajoz ha vivido una rápida resurrección de su equipo más emblemático, cosa que no pueden decir por ejemplo en balonmano, después de la desaparición del Pines/Escubal, o en el baloncesto, que parece improbable revivir (al menos de momento), las mágicas tardes que aportaba el Círculo.
Hoy día, es una pena no poder llamar a un equipo “Badajoz”, ya que si lo haces, estás condenado a que la otra parte se enemiste contigo. Esto en el ámbito de aficionados se la puede traer al fresco, pero en los medios nombrar correctamente a cada uno sin equivocarse supone una tensión siempre añadida.
El problema va a solucionarse únicamente cuando uno de ambos desaparezca, o si por el contrario deciden unirse, como ya se ha propuesto desde varias esferas de la ciudad. Otra alternativa es que cada uno mire lo suyo, anime a su equipo, y se olvide de lo que si el otro hace es mejor o peor.
Por ello, y para que el balompié pacense vuelva a tener un sitio destacado, lo mejor es arengar a tus jugadores, celebrar las victorias de tu equipo, y si las hay, llorar tus derrotas, y no malgastar el tiempo en polémicas que solo hacen aumentar la división, y propiciar el odio. Badajoz pronto volverá al sitio que el tribunal le arrebató, y todos nos alegraremos por ello a buen seguro.
PD: Espero que alguna de las directivas de los clubes anteriormente citadas tengan en mente un homenaje a los chicos de la Unión Balonmano Pacense, o los Piragüistas Manuel Laja o Iker Rodríguez, Ángeles López, MIDEBA… Ellos también engrandecen nuestro deporte.