El Badajoz continúa acumulando minutos de preparación en esta pretemporada y lo hizo este sábado en Calamonte, donde firmó un empate sin goles en su tercer amistoso del verano. Más allá del resultado, Juan Marrero salió del encuentro con una mezcla de satisfacción y autocrítica, reconociendo avances pero también señalando áreas en las que el equipo debe crecer.
El entrenador valoró que partidos como este sirven para «sumar mucho minutaje y adaptarse a diferentes superficies», y que el grupo está asimilando bien la creciente dificultad de los compromisos. Aun así, subrayó la necesidad de «sacar más rentabilidad a las jugadas a balón parado y aprovechar mejor las ocasiones generadas», confiando en que la efectividad llegará conforme avance la preparación.
En su balance general de pretemporada, Marrero destacó que la carga de trabajo es muy alta y que el equipo está respondiendo bien, aunque espera que el estado físico mejore notablemente a finales de mes. Para él, los resultados en esta fase «sirven tanto para reforzar la moral como para apretar los dientes y trabajar más duro con el objetivo de llegar al arranque liguero en las mejores condiciones posibles.
También abordó la situación del mercado, admitiendo que el equipo tiene un déficit en la zona de centrales, agravado por la recaída de Jesús Sánchez en su esguince y las ausencias de Iturraspe y Pablo Rodríguez. Reconoció igualmente que falta pegada en ataque, aunque insistió en que el camino pasa por «generar y trabajar más situaciones de gol».
Marrero quiso dejar claro que su confianza en el grupo es total y que «si no creyera en los mimbres no estaría aquí». Calificó al Badajoz como «un gigante» que debe representar a su afición y a su proyecto «como se merece», y aseguró estar orgulloso de la responsabilidad que implica dirigir a un club con esta exigencia.
Analizando el choque en Calamonte, explicó que optó por extremos rápidos para aprovechar las dimensiones reducidas del campo, y que el equipo dispuso de opciones para generar más daño en el uno contra uno. «Acabará saliendo», señaló, convencido de que sus jugadores de banda son diferenciales.
Por último, hizo referencia a la competencia interna y puso como ejemplo a David Grande, remarcando que ningún jugador tiene asegurado el puesto. «Aquí juegan los que mejor estén, no tengo un once tipo», manifestó. Aplaudió la predisposición de sus futbolistas para afrontar una exigente carga física y se mostró convencido de que «los frutos se verán a partir del día 30 o 35 de preparación».
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