Que la ciudad de Badajoz se vuelca con los eventos deportivos es un hecho sabido desde hace tiempo. El público pacense anhela citas de gran magnitud y cada vez que una de ellas visita la ciudad la acogida no puede ser mejor.
En esta ocasión, el baño de masas se lo llevó el Real Madrid Baloncesto. El conjunto que dirige Chus Mateo disputó ante el Benfica la primera edición de la Supercopa Ibérica, un torneo organizado por el Vitaly La Mar BCBadajoz que enfrenta a los campeones de la liga española y portuguesa.
Horas previas al inicio del choque, los aledaños de La Granadilla comenzaban a llenarse de asistentes para disfrutar de una zona fan que contó con dj, barra y diversas actividades para el disfrute de pequeños y mayores.
En lo que al baloncesto respecta, el Real Madrid quiso mostrar su superioridad desde los primeros minutos del partido. Apoyados en un colosal Serge Ibaka, que anotó 10 puntos en el primer cuarto, los hombres de Chus Mateo se mostraron sólidos en defensa y eficientes en ataque, concluyendo con una ventaja de ocho puntos el primer acto del choque.
Aunque el cuadro lisboeta tuvo un mejor inicio de segundo cuarto y logró acercarse en el electrónico, el Madrid conseguía mantener la ventaja cada vez que aumentaba la intensidad a ambos lados de la pista.
Si en el primer cuarto fue Ibaka el jugador más destacado de los blancos, los siete puntos de Abalde en el segundo acto sirvieron para que los suyos aumentaran la ventaja a doce puntos antes de marcharse al descanso.
Tras el paso por vestuarios, el Madrid pisó aún más el acelerador y comenzó a distanciarse de forma contundente. El desempeño, tanto ofensivo como defensivo, de Eli John Ndiaye y de Xavier Rathan-Mayes elevaron las prestaciones merengues para poner el 73-50 en el marcador.
El último acto del choque estuvo marcado por la figura de Sergio Llull. El de Mahón, ovacionado por el público pacense cada vez que saltaba a pista, estuvo sobre el parqué de La Granadilla el tiempo suficiente para dejar muestras de su inmensa calidad.
Con el partido resuelto, Chus Mateo dio entrada a jugadores menos habituales para que también tuvieran su porcentaje de rodaje correspondiente. Finalmente, el cuadro madridista se impuso por 83-67 y se hizo con el trofeo de la primera edición de la Supercopa Ibérica.
Serge Ibaka, tras cerrar su partido con 18 puntos, 5 rebotes, 2 asistencias y 1 tapón en algo más de 20 minutos de juego, se proclamó MVP de una Supercopa Ibérica que ha llegado a Badajoz para quedarse.