Durante la temporada 2019/20, el juvenil A del Badajoz competía en la liga más alta de la categoría, la División de Honor. Aquel equipo, que lograría la permanencia y que permanecería en la competición hasta el año pasado, contaba en sus filas con dos guardametas que hoy representan a dos de las instituciones más prestigiosas en el fútbol extremeño, Miguel Narváez e Izan Rodríguez.
La historia de Narváez es por todos los blanquinegros sabida. Tras despuntar en el juvenil pasó al filial pacense, con el que disputó Tercera RFEF. Aquel equipo descendería y a Miguel le llegó la oportunidad de formar parte de la primera plantilla.
La llegada de Kike Royo y la difícil situación del equipo le privaron de minutos hasta la llegada de David Tenorio, que decidió apostar por el pacense en las últimas jornadas de aquella temporada en la que se perdió la categoría. En la presente campaña, Narváez es el meta titular del equipo y acumula ocho encuentros consecutivos saliendo de la partida.
En el lado contrario está Izan Rodríguez. El meta llegó a la cantera blanquinegra tras toda una vida en el Flecha Negra y tuvo que disputar el puesto con Narváez. «Fue un año inusual porque fue el primero de la pandemia. Miguel siempre fue algo parecido a un rival por la rivalidad entre nuestros clubes, pero la relación que tuve con él, y que aún mantengo, fue buenísima», explica el portero.
Aquel año Narváez disputó más minutos que él, pero a pesar de ello Izan asume cómo funciona el rol de portero. «Entiendo como va esto del fútbol. Miguel ya había tenido minutos en División de Honor y al llegar sabía que tenía la tarea de quitarle el puesto. Disputé menos partidos que él, lo entendí porque así es este deporte y me alegré por él», asegura.
Tras la conclusión de aquella temporada, Narváez decidió quedarse en el Badajoz e Izan quiso probar un reto diferente. El Montijo llamó a su puerta y no se lo pensó. Aunque el cancerbero confiesa que la llamada «le sorprendió», también explica que fue «una gran alegría llegar a un equipo de Segunda RFEF».
En las dos temporadas en las que estuvo en tierras montijanas, Izan disputó un total de 16 encuentros en los que llegó a mantener su puerta a cero en siete ocasiones. A pesar del rol de suplente con el que llegó, el portero dio un buen rendimiento y eso le sirvió para que el Cacereño se fijara en él.
«Desde el primer momento en el que mi representante me dijo que el Cacereño estaba interesado en mi no me lo pensé demasiado. Fue una inmensa alegría que un equipo de esta magnitud se interese por ti», explica Rodríguez.
El pasado 31 de octubre el pacense debutaba con los de Cáceres en la primera ronda de Copa del Rey ante todo un Castellón. A pesar del resultado en contra y de la eliminación, tanto la actuación grupal como la de Izan estuvieron a la altura.
«Llevo vinculado al fútbol toda mi vida y siempre he sabido que hay un titular y un suplente. Hay que estar preparado, porque si llega una nueva oportunidad me pillará trabajando», comenta el meta.
En lo que al derbi del domingo respecta, Izan tiene claro que «son partidos especiales». «Ellos querrán su tercera victoria seguida y nosotros llegamos muy bien tras la imagen de la Copa y la victoria en Talavera. El nivel de adrenalina de los dos equipos será máximo».
Aunque la rivalidad existe y existirá siempre, Izan no puede evitar sonreír cuando se le pregunta por Narváez. Ambos estarán en lados opuestos el próximo domingo tras haber sido compañeros antaño, pero los vínculos personales prevalecen ante todo. «Hemos mantenido el contacto estos años porque tenemos muy buena relación. Me alegro muchísimo de todo lo bueno que le pase porque se lo merece», concluía el portero del Cacereño.