El barco de competición hace este sábado cuatro semanas que zarpó y el Badajoz debe comenzar a remar con intensidad si no quiere naufragar. Para ello, el conjunto blanquinegro está obligado a sumar de tres y este sábado a las 17:00 tiene una nueva oportunidad de hacerlo ante el Illescas.
El cuadro toledano recibe en su feudo a un Badajoz que cierra la clasificación del grupo 5 de Segunda RFEF con cero puntos tras tres jornadas disputadas. La paciencia está llegando al límite dentro de la parroquia pacense y las miradas comienzan a apuntar con intensidad al banquillo.
Aunque Tenorio sigue firmemente convencido en el que el Badajoz va a levantar el vuelo. El técnico granadino mantiene su discurso de pedir paciencia a una afición que hace meses, quizá años, dejó de tenerla.
En lo que a lo deportivo respecta, el último choque del Badajoz fue una especie de déjà vu con lo vivido en la primera jornada. El rival se adelanta pronto, dobla su ventaja antes del descanso, se inicia la segunda parte con un planteamiento ultraofensivo, se generan ocasiones que no se transforman, se recortan distancias a falta de veinte minutos y se vuelve a morir en la orilla.
La afición blanquinegra quiere evitar que el partido ante el Illescas sea otro espejismo de lo visto en la segunda jornada, cuando el Badajoz visitó El Paso. Aunque los condicionantes son muy similares.
Salvando las distancias de que el desplazamiento es infinitamente menos traumático, la escuadra pacense visita el Municipal de Illescas, un campo de dimensiones inferiores y de césped artificial, condicionantes que al Badajoz se le atragantan.
El propio Tenorio reconoció en la previa que su equipo «no está construido para eso», aunque quiso quitar hierro al asunto y asumió que «el terreno de juego no será un condicionante» y que su equipo «va a competir para ganar el partido».
En lo que a bajas respecta, Olmedo, Gurdiel, Castri, Aketxe, Pablo Gálvez y Saïdou se han quedado en Badajoz y no viajan con el equipo. Los dos primeros por sus conocidas lesiones de larga duración, el tercero, aunque ya recuperado, tendrá que esperar una semana más, el cuarto continúa con su proceso de acondicionamiento y el quinto y el sexto por motivos que se desconocen.
En frente, el Badajoz tendrá a un equipo rocoso y trabajado que no pondrá las cosas fáciles. De los tres choques disputados, el cuadro illescano logró vencer en la primera jornada en casa del Montijo, cayó derrotado en la segunda fecha en el Municipal de Illescas por 0-3 ante el Llerenense y sumó un empate en casa del Atlético Paso durante el último encuentro.
El Badajoz será el tercer rival extremeño al que se enfrentarán los manchegos, que solo conocen el césped artificial en este arranque liguero, hecho que sin duda jugará a su favor. El equipo que dirige Pablo Nozal está cimentado en una defensa de tres centrales con dos carrileros largos que exige el máximo nivel de concentración posible a sus rivales.
Por ello, el Badajoz tratará de bajar al barro y mostrar un nivel de competitividad lo suficientemente digno como para tratar de sumar una primer victoria que más que ansiada es necesaria. Otro traspiés generaría un nuevo terremoto que algunos estamentos del club podrían no resistir.
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