El Badajoz sufrió este sábado una derrota de las que duelen. No por el quién ni por el dónde si no por el cómo. El Deportivo de la Coruña, demostrando una efectividad pasmosa, endosó un contundente 5-0 a los pacenses en su visita a Riazor.
Salmerón, que volvía a contar con la plantilla al completo sin los lesionados Edu Sánchez y Borja García, alineó el que es por el momento su once inicial de confianza. Con Malagón, Mariano y Juanmi en el eje de la zaga, los carriles quedaron para Cordero y Calderón.
En el centro del campo, el técnico almeriense repitió el trivote visto ante el Sanse. Mancuso como eje, Alfaro por un lado y Buyla por otro. La pólvora ofensiva la iban a poner Gorka y Adilson, que volvían al equipo tras ser suplentes en el encuentro anterior.
Delante, el Badajoz tenía a todo un transatlántico de la categoría. Liderados por Lucas Pérez, el cuadro coruñés sacó al verde de Riazor a todo su arsenal disponible para seguir manteniendo la buena trayectoria que los tiene a un solo punto del liderato del grupo.
El inicio del partido no fue malo para los intereses pacenses. El Dépor acaparó el esférico desde el pitido inicial, algo que no era novedad, y el Badajoz se mantuvo ordenado, buscando un robo que permitiera a los blanquinegros transitar.
La idea era interesante sobre el papel y en los primeros compases del partido se demostró que podría ser efectiva, pero un tempranero gol blanquiazul hizo saltar todo por los aires. Prácticamente en la primera llegada del Dépor al área, Mario Soriano mandaba el balón al fondo de las mallas tras definir un muy buen pase filtrado de Quiles. El Dépor golpeaba primero en el 12 de partido.
El gol en contra no iba a cambiar nada la idea inicial del Badajoz. Conscientes de que el Dépor no iba a renunciar a tener el balón, el Badajoz trató de apretar más en la presión para poder robar con mayor facilidad.
Uno de estos robos originó un contragolpe liderado por Adilson que acabó siendo derribado por un contrario originando una falta interesante. Carlos Calderón fue el encargado de golpear el libre directo que complicó mucho a un Mackay que tuvo que quitarse el cuero de encima como pudo para evitar el tanto pacense.
El Badajoz se encontraba en sus mejores minutos sobre el césped. El equipo de Salmerón estaba siendo incisivo, tratando de empatar lo antes posible para generar dudas en el Deportivo de la Coruña.
Gorka dispuso de otro acercamiento tras rematar un centro de Carlos Cordero previa jugada de calidad de Alfaro en el centro del campo. El delantero bilbaíno llegaba al cuero muy forzado y su remate se marchaba alto.
Desde el gol recibido hasta el 30 de partido aproximadamente, el Badajoz mostró un nivel muy alto en lo que a robo y ejecución se refiere. El equipo pacense adelantó sus líneas, fue a buscar al Dépor y dispuso de ocasiones para haber empatado el partido.
Pero en el fútbol, habitualmente, cuando uno perdona suele pagarlo. Y el Badajoz no fue menos. En el 32 de partido, Calderón cometía infracción sobre Soriano. Lucas Pérez, como casi siempre, era el encargado de botar la falta lateral que desafortunadamente se colaba en la portería de Kike Royo tras tocar en el pecho de Cordero.
El mazazo se pudo sentir en todo Riazor. Los mejores minutos del Badajoz en el partido acababan convirtiéndose en un 2-0 desafortunado que no hacía justicia al buen tramo efectuado por el equipo de Salmerón.
Por si fuera poco, cuando el partido se encaminaba al descanso, una salida de balón defectuosa por parte de Kike Royo propiciaba la recuperación de Quiles en la frontal. Éste habilitaba para Lucas Pérez que hacía el 3-0 con un lanzamiento desde dentro del área grande.
Hay dos premisas para enfrentarse a equipos como el Dépor. La primera es cometer la menor cantidad de errores posibles. La segunda es aprovechar al máximo cada ocasión generada. El Badajoz no pudo cumplir ninguna de ellas durante la primera mitad y se marchó al descanso perdiendo 3-0.
Tras la reanudación, Salmerón quiso agitar el avispero y sustituyó a Juanmi García por David Soto. Deshecha la defensa de cinco hombres y con poco que perder, el Badajoz se fue a por el partido para tratar al menos de maquillar el resultado.
Pero cuando Lucas Pérez está de por medio las cosas se ponen más complicadas. El atacante gallego aprovechaba un error de Soto para plantarse delante de Kike Royo y, tras varios recortes, conectaba un disparo que se marchaba alto por centímetros.
Al Dépor la bastaba con media ocasión para hacer goles y el Badajoz no lograba batir a Mackay bajo ningún concepto. Calderón, que en la primera mitad lo intentó con un disparo de falta, volvía a probar fortuna con un lanzamiento desde el perfil derecho del área pero se volvía a topar con los guantes del meta coruñés.
Buyla lo intentaba en el 52 con un disparo de falta desde el borde del área que se iba alto. El Badajoz no renunciaba al partido a pesar del resultado y de un Dépor que cada vez que se acercaba al área pacense lograba convertir.
Haciendo referencia a lo mencionado anteriormente, pudo hacer el cuarto Lebedenko tras recibir un gran pase de Rubén Díez. El lateral ucranio se plantaba delante de Kike Royo pero mandaba fuera su disparo.
Llegados a la hora de partido, Mariano Gómez iba a estrellar en el larguero un centro botado desde la esquina por Carlos Calderón. El central argentino se elevó más que nadie y logró rematar el cuero pero éste se estrellaba en la madera. La suerte seguía sin sonreír al Badajoz.
En lo que a ocasiones se refiere, el partido bajó sus pulsaciones. El Deportivo, sabiéndose por delante en el marcador, quiso meter cloroformo al encuentro y comenzó a defenderse con pelota. Mientras tanto, con el paso de los minutos el Badajoz iba bajando los brazos poco a poco.
Llegados a la recta final del encuentro, el fútbol iba a cebarse más si cabe con el equipo de Salmerón. Kike Saveiro, que había sustituido a Quiles en el 70, recibía el cuero desde el perfil zurdo del campo. Entraba en el área y, tras un recorte, hacía el cuarto tanto coruñés.
No iba a ser el último. En el 86 de partido, Josete Malagón cometía un discutible penalti sobre Arturo Rodríguez que acabaría transformando Lucas Pérez para cerrar de forma definitiva la contundente goleada.
El Badajoz se marchó de Riazor habiendo recibido cinco goles y sin haber podido anotar ninguno, algo que, para todo aquel que viera el partido, puede llegar a resultar incomprensible. Los de Salmerón fueron víctimas de un Deportivo con una pegada feroz y de una falta de fortuna a la hora de definir que provocó que el partido acabará 5-0.
A la espera de los resultados de este domingo, los pacenses se sitúan en la decimocuarta posición de la tabla a dos puntos de Unionistas. La próxima semana, será el Mérida el que visite el Cívitas Nuevo Vivero para vivir un derbi extremeño decisivo.