Corría el año 2006. La selección Española caía eliminada del Mundial de Alemania frente a Francia y las dudas de los aficionados eran palpables. Por aquel entonces se pedía la destitución del seleccionador Luis Aragonés. Desde la RFEF, sin embargo, decidieron seguir contando con él para la fase de clasificación de la Eurocopa 2008.
España afrontaba la fase clasificatoria con muchas dudas en su juego y con la decepción del Mundial de Alemania aún presente en los aficionados. De esta forma, la Roja visitó el Nuevo Vivero para comenzar una nueva andadura.
La ciudad se volcó con el equipo y llenó el estadio para apoyar a una selección que consiguió vencer por 4-0 a una Liechtenstein que no opuso demasiada resistencia. Marcaron Fernando Torres, Luis García y doblete de David Villa.
Sin embargo, lo que nadie se esperaba aquel día es que Raúl González Blanco acababa de mirar al cielo durante el himno español por última vez en un partido con la selección en suelo español.
La siguiente (y última) parada para el por aquel entonces capitán fue en Irlanda del Norte. España abrió el marcador con gol de Xavi, pero la alegría duró poco. Un desconocido jugador llamado Healy, conseguía hacerle un hat-trick a la roja, que perdió por 3-2.
Esta derrota marcó un antes y un después en la selección española. Se pedía con más fuerza aún la dimisión de Aragonés. No obstante, el técnico optó por una decisión totalmente inesperada. Después de 102 partidos y 44 goles, Raúl no fue convocado con la absoluta.
Dicha decisión fue vista con muy malos ojos por parte de los aficionados, lo que sumado a los dudosos resultados hacían que se pidiera con la vuelta de Raúl. Sin embargo, la victoria en la Eurocopa de 2008 acalló todas las dudas y marcó un antes y un después en la selección, que conseguiría iniciar la época más dorada de su historia con dos ‘Euros’ y un Mundial.