La situación especial por la crisis del COVID-19, con la supresión de los descensos ha provocado la necesidad de reestructuración de las categorías del fútbol no profesional español. En este intento de profesionalización se ha propuesto un modelo que establece que en la temporada 21-22 se crearía una «2ª B Pro» que sería un escalón intermedio entre Segunda y la 2ªB tradicional (que pasaría a ser la cuarta división española).
En la próxima temporada serán 100 los equipos que disputarán la categoría de bronce, en la que se suman los 20 ascensos a los 80 equipos que ya militaban en esa categoría.
La RFEF ya ha confirmado que se dividirá la categoría en cinco grupos de veinte, que, a su vez, se dividirán en diez subgrupos de diez. En cada subgrupo de diez se jugará un ida y vuelta en el que la clasificación resultante marcará los ascensos, permanencias y descensos.
Los tres primeros de cada subgrupo se encuadrarán en cinco subgrupos de seis equipos. Los tres mejores de cada subgrupo (más el mejor cuarto) disputarán la fase de ascenso a Segunda (16 equipos en total).
De entre esos 16 equipos saldrían los cuatro equipos que suben a la Liga Smartbank, y los doce derrotados más los cuatro que descienden de Segunda y los no clasificados para la fase de ascenso de los subgrupos de los mejores formarían la Segunda División B Pro de la temporada 21-22. Esto hace un total de 30 equipos, así que faltarían 10 equipos más para llegar a los 40 que tendría la Segunda ‘B’ Pro.
Estos diez saldrán del subgrupo formado por los cuartos, quintos, sextos y séptimos clasificados de los diez subgrupos del inicio. Todavía no se conoce cómo sería el formato para decidirlos.
En cuanto al descenso a Tercera, saldrán de los 3 peores de cada subgrupo inicial, aunque tampoco se conoce todavía el formato de esta fase de descenso.
Autor
