El 7 de abril de 2015 dejaba este mundo a los 38 años un deportista único en su especie. Un luchador insaciable del baloncesto en silla de ruedas,que fue el deporte al que dedicó su vida. Dejó una huella imborrable de espíritu de superación, sacrificio, lucha contra la adversidad, ilusión, fe, respeto y cariño.
Su eterno número 8, su cintillo en la cabeza, su capacidad para defender como nadie, anulando a rivales más grandes y fuertes que él, su entrega y lucha por cada balón como si fuera el último. Tenerlo en la pista era una garantía de victoria para su equipo del alma, el Mideba Extremadura, con el que conquistó la Challenge Cup europea en 2013.
Blancas también fue pieza clave en la selección de México, en la que era internacional desde el año 1994, logrando un quinto puesto en las paralimpiadas americanas y un sexto en el campeonato del mundo, entre otros grandes resultados. Su ayuda al combinado femenino de su país también fue importante en esa época.
El mexicano llegaba con las maletas cargadas de ilusiones, procedente de Los Angeles Clippers (EEUU), en los que coincidió con Juan Angulo, quien posteriormente volvería a ser su compañero en Badajoz.
Muy pronto, el alero de puntuación 3.0 y con una amputación como discapacidad, se ganó el cariño de compañeros, entrenadores, directivos y aficionados por su filosofía de darlo siempre todo en la cancha y abrir su corazón fuera de ella.
Sus últimas apariciones en el equipo se vieron muy limitadas, pues decidió recuperar finalmente sus estudios de Educación Física en Cuernavaca y jugar una parte de la temporada en Badajoz, (desde diciembre a finales de febrero) donde participó en unos 12 partidos, y posteriormente quería ayudar a su equipo a ganar la Final Four pero solo pudo hacerlo desde el cielo.
Cuando se disponía a viajar hacia España sufrió una crisis epiléptica que le provocó una caída con muy malas consecuencias, de las que lamentablemente no se pudo recuperar días más tarde.
Una perdida irreemplazable como jugador y como persona por parte del club pacense y el baloncesto mundial en general. Sus palabras tras ganar, resonarán por siempre “Creer en lo que haces y hacer las cosas que realmente te salen del corazón”.