Derrota en la prórroga de un Badajoz pletórico que compitió de poder a poder con un equipo que se mostró sólido, sin fisuras y con mucho ritmo. Los pacenses no lograron la victoria, pero sí el reconocimiento nacional por su gran noche de Copa.
El Badajoz copero de ‘Garrancho y diez más’ presentó un once en el que los tres centrales -Traoré, Pablo Vázquez y Morgado- mantenían el equilibrio y la consistencia en el esquema del Badajoz, mientras que los dos carrileros -Fobi y Bikoro- oxigenaban las bandas.
El encuentro comenzó electrizante con un golazo de Álex Martínez que pillo frío al estadio tras una gran catarsis en los momentos previos al encuentro. El Badajoz se recuperó rápido gracias, una vez más, a Pablo Vázquez, que estuvo en el lugar adecuado en el momento oportuno para aprovechar un balón suelto dentro del área. Pese al empuje nazarí el Badajoz supo aguantar la primera mitad y llegar al descanso con tablas en el marcador.
En la segunda mitad, los de Diego Martínez embotellaron a los pacenses en los primeros compases de juego. Fue cuando Nafti decidió mover ficha. Guzmán Casaseca fue reemplazado por un Dani Aquino que aportó frescura en las tareas ofensivas.
Tras un recital de Garrancho, que evitó el tanto de los granadinos en varias ocasiones, los locales tuvieron su momento de asueto y apretaron al rival. El final del encuentro, al igual que al principio, fue trepidante. Soldado anotó en el 86 el tanto que parecía definitivo y Antonio Caballero puso en el descuento el tanto del empate para provocar la prórroga… y el éxtasis del Nuevo Vivero en ese momento.
En la prórroga, cuando el Badajoz empezaba a soñar, se topó con un nuevo golpe de realidad: un tanto de Carlos Fernández en una desafortunada acción en la segunda parte de la prórroga daba la victoria a los granadinos.
Pese a la derrota, el estadio no dejó en ningún momento a un equipo que no se rindió nunca.
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