Parece ser que algo está cambiando. Los colectivos otrora discriminados vienen más reivindicativos que nunca. Quizás por ver como se abre la puerta que con tanta insistencia y vehemencia golpearon mientras permanecía cerrada. Puede que la conciencia de las personas esté cambiando y ahora parece que poco a poco la condescendencia con los que antes se miraban raros por ser diferentes, ahora irrumpen con fuerza con el único objetivo de ser igual que el resto.
A esta hora del día y en este día de la semana, seguro que todo el mundo ya ha visto la intervención de Jesús Vidal en la gala de los Goya. Cuando el leonés recogió su galardón como mejor actor revelación, a más de uno -y más de dos- se le quebró la mirada al contemplar una dosis tan exagerada de humanidad. Con la inclusión por bandera y con la capacidad de romper cualquier barrera, el anteriormente conocido como Marín, un jugador del equipo ‘Los Amigos’ mostró que el alcanzar las metas que alguien se proponga está por encima de cualquier condición humana.
La película Campeones, con todos sus valores -incluidos los que pertenecen al deporte- ha permitido convertir el translúcido cristal de la inclusión en uno plenamente transparente. Los que la han visto, o los que siguieron el discurso de Jesús, ahora tienen una perspectiva inaudita sobre las personas con discapacidad. El pacense campeón de España de Ciclismo Adaptado, Rubén Tanco, ha hecho suya en más de una ocasión la frase “Discapacidad no significa incapacidad”.
Una vez más el deporte ha servido -aunque sea a través del cine- para unir a las personas. El deporte inclusivo es cada vez más visible y tenido en cuenta. Y eso que aún queda mucho trabajo por hacer. Trabajemos pues juntos.