Pequeño pero Gastón
El pasado domingo el Badajoz sumaba un nombre más a la lista de entrenadores que se han sentado a dirigirle desde un banquillo. Miguel Espejo tuvo menos de una semana para intentar que los futbolistas de la primera plantilla captaran su forma de ver el fútbol, y lo consiguió con asombrosa rapidez.
Para un técnico que desde el inicio de su breve aventura sabe que pase lo que pase tan solo va a estar entrenando al equipo una semana y después va a volver a su función de preparador de la plantilla juvenil, no es fácil arriesgar a la hora de hacer una alineación, sobre todo siendo consciente de que va a tener que seguir viéndole las caras a esos mismos jugadores prácticamente a diario, y a alguno puede que no le guste las decisiones que tome.
Olvidando todo esto, Espejo se plantó el fin de semana en la Ciudad Deportiva de Granada dejando en el banquillo a futbolistas de la talla de Kike Royo, Guzmán, José Ángel, David Martín y Ferrón. Este último era (y sigue siendo) con diferencia además el máximo goleador del conjunto blanquinegro en lo que va de temporada. La valentía de un chico que parece haber apreciado a la perfección desde la barrera lo que necesitaba poner en práctica el Badajoz le permitió traerse de vuelta los tres puntos de la ciudad nazarí y devolver al vestuario, y sobre todo a la grada, la confianza perdida tras cinco jornadas consecutivas sin lograr un solo triunfo.
Este domingo habrá un nuevo entrenador que plasme sobre el césped su propia manera de entender este deporte pero, si algunas de sus señas de identidad son, por ejemplo, la presión alta y el trabajo cuidadoso en las jugadas de estrategia, seguro que ha elegido seguir la senda de Miguel Espejo.