Esta niña pacense fue invitada al partido del pasado domingo frente al Rayo Vallecano gracias a la colaboración de la rojiblanca Vania Martins
Por cosas como ésta gusta tanto el fútbol. Adriana es una niña de cinco años que, desde que arrancó la presente temporada, cuenta con una nueva ídolo. Su nueva referente es la futbolista del Santa Teresa, Vania Martins. Adriana la conoce gracias a que acude a los partidos de casa acompañando a la comparsa Yuyubas, en la que participa su familia.
Este pasado domingo las pacenses afrontaban un importante duelo frente al Rayo Vallecano, un rival directo. La comparsa contaba con otros compromisos y no podía estar en El Vivero animando a su equipo, pero Adriana no podía faltar al duelo. El club tenía preparada una ilusionante sorpresa para su seguidora más joven.
La idea se le ocurrió a la propia Vania, según explica Lorena, madre de Adriana. «Vania y yo tenemos una amiga en común. A través de ésta amiga se enteró de lo que significa para Adriana y fue ella quien tuvo la idea de darle esta sorpresa. Organizamos todo en la misma semana», confiesa.
Camiseta firmada, fotos y chuches
La niña, que en junio cumple seis años, se llevó una camiseta del club firmada por toda la plantilla y saltó con las jugadoras al campo, además de estar con las jugadoras antes y después de que el partido diera comienzo.»Se hizo fotos con todas ellas y le regalaron chuches», señala Lorena.
Adriana, que ya de por sí era futbolera, tiene pinta de que se va a convertir en una integrante más de las categorías inferiores del Santa Teresa. «Ya nos ha dicho que el año que viene quiere jugar en el club llevando el número 9 de Vania», destaca Lorena.
Sus compañeros de colegio sienten ahora envidia sana. «Ella dice que se lo ha contado a los amigos que juegan al fútbol, que son los que la iban a entender bien. Además, a Vania hoy le ha mandado un audio dándole las gracias por lo que hizo por ella el domingo», comenta su madre llena de ilusión.
Esto demuestra que el fútbol es algo más que el partido de los domingos. En esta ocasión ha servido para hacer feliz a una niña que no olvidará ese día, ni a su heroína Vania Martins.
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