Sus problemas de rodilla le obligan a decir adiós al fútbol competitivo con tan solo 26 años
Cada vez más voces apuntan a que el deporte de alta competición no es saludable. He aquí un nuevo ejemplo que probablemente lo confirme. El defensor granadino Samuel Marfil se ve obligado a decir adiós al fútbol de nivel debido a las lesiones.
El exjugador del CD Badajoz ha sufrido un auténtico calvario en las últimas temporadas y en todos los equipos de los que ha formado parte, siendo cada año peor que el anterior. Aunque los distintos entrenadores que convivían con él en el día a día confiaban en su enorme calidad y esperaban su recuperación definitiva, ésta no llegó y no pudo disfrutar de los minutos deseados.
En la temporada y media que formó parte de la plantilla blanquinegra probó los sabores más dulces y, también, los más amargos que existen en el panorama futbolístico. Marfil desembarcó en la capital pacense mediada la temporada del regreso a la Tercera División. Curiosamente, llegó al vestuario para suplir la baja por lesión de larga duración sufrida por José Luis Aguza.
Cara y cruz
En su primera media campaña en el Badajoz consiguió tener continuidad, marcando incluso un tanto frente al Atlético San José en el Nuevo Vivero que le dio la victoria a su equipo en el descuento. Fue el salvador pacense en una noche de Miércoles Santo. El año pasado sí que se lo tuvo que pasar lesionado casi al completo. Eso provocó que, tras la finalización de la misma, buscara nuevos aires para intentar decir adiós a los problemas de rodilla definitivamente. Al final no lo ha podido lograr.
Samuel Marfil, que cumplió 26 años el día 18 del pasado mes de julio, ha tenido la oportunidad de mostrar su talento en canteras de equipos como las de Atlético de Madrid y Granada. Después pasó por Badajoz y Villarrobledo, conjunto en el que ha dicho adiós a su carrera. A partir de ahora comienza para él una nueva vida y, tal y como él mismo declaraba en su cuenta de facebook: «seguiré jugando pero no compitiendo». Para los que aman el fútbol, es imposible dejarlo.